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Bitcoin: alto riesgo, pero ahora el FBI puede hackear la cadena de bloques

Philippe Donnet, número uno de Generali, se distancia de las criptomonedas y refleja la prudencia de las grandes finanzas. Pero los tan cacareados secretos de la cadena de bloques reciben el primer golpe. Así es como el hackeo del Oleoducto Colonial se convierte en un caso escolar que abre nuevos escenarios

Bitcoin: alto riesgo, pero ahora el FBI puede hackear la cadena de bloques

“Generali no ha invertido en bitcoin y yo como ciudadano tampoco”. Felipe Donnet, número uno de la empresa Leona, así respondió esta mañana en el "Financial Times Management Assets for Insurers". “Cuando miras la economía global –explica– ya es difícil entender qué va a pasar con las tasas y la inflación, que son conceptos básicos. Para las criptomonedas es aún más complejo”. Pero el propio Donnet agrega que el fenómeno ahora está tan extendido que un jugador del calibre de Generali no puede simplemente ignorarlo. “Tenemos que entender. No nos arriesgaremos a invertir en criptomonedas porque no entendemos cuáles son los riesgos asociados”.    

Las perplejidades de Donnet reflejan bien las incertidumbres de las grandes finanzas, frenado por el peligro de estafas, acciones criminales o incluso por la extrema volatilidad de los precios (bitcoin ha dejado el 40% de su máximo en el suelo). Pero, a cambio, reacios a pasar por alto los desarrollos de un mercado que se está consolidando a nivel mundial. En los últimos meses el sistema ha registrado numerosos éxitos: Paypal y Square han comenzado a aceptar pagos con bitcoins; la plataforma Coinbase, que ahora cotiza en Wall Street con una capitalización de 47 mil millones de dólares (aproximadamente la mitad de su debut), le permite comprar y vender criptomonedas al aire libre. Y el fin de semana pasado, informa el New York Times, se llevó a cabo una convención de inversores en Miami a la que asistieron 12 personas, entre ellas Director ejecutivo de Twitter Jack Dorsey y testimonios como Flouyf Mayweather Junior, ex campeón de peso pesado.  

durante la conferencia el presidente de El Salvador, Nayib Bukele, un exempresario de origen mediooriental, ha anticipado un proyecto de ley para convertir al bitcoin en el medio de pago legal del país que, en la práctica, depende de las remesas de los emigrantes a EE.UU., cerca de una cuarta parte de los 6 millones de ciudadanos. El propio Bukele presentó un video filmado en el interior de un volcán salvadoreño, hoy extinto. “Nuestros ingenieros -dijo- han cavado un pozo que permite liberar vapor de agua a alta presión en el aire que puede suministrar energía limpia a las minas de Bitcoin”.

Muchas novedades, en fin, pero el punto de inflexión, sensacional, llegó el lunes por la noche de nada menos queFBI. En unos pocos días, los federales identificaron 63,7 de los 75 bitcoins (es decir, $2,3 millones de los 4,3 millones) pagados por la parte superior Oleoducto colonial, 'SOleoducto estadounidense paralizado por piratas informáticosen forma de rescate. El FBI no ha dado a conocer demasiados detalles sobre cómo fue posible recuperar el botín que, hasta el momento, parecía haber acabado en la oscuridad del mundo oscuro, una tierra de nadie prohibida a las autoridades.   

Lo que sí se sabe es que se logró rastrear, en poco tiempo, el camino que tomaron los bitcoins a través de al menos 23 cuentas electrónicas sospechosas antes de aterrizar en el botín controlado por piratas de Darkside. “Las mismas cualidades que hacen que Bitcoin sea tan atractivo para el bajo mundo – dice el informe – que es la posibilidad de transferir dinero sin autorización bancaria, pueden ser explotadas adecuadamente por los representantes de la ley”.   En resumen, el camino de Bitcoin es rastreable, como ya se sabía, salvo que se suponía que el "seguimiento" electrónico estaba destinado a detenerse frente al muro infranqueable de la cadena de bloques.

Al contrario, el FBI demostró ser capaz de romper la barrera derribando muros considerados inviolables. De hecho, la búsqueda resultó ser particularmente fácil: en lugar de tamizar toneladas de documentos bancarios, con un gran gasto de hombres durante meses, fue suficiente identificar los códigos para llegar a la solución del enigma. ¿Como? Por ahora es alto secreto. Lo que sí se sabe es que la operación no es un éxito aislado. En enero, el FBI interrumpió la actividad de Netwalker, un chantajista especializado en boicotear administraciones locales (recuperó medio millón de dólares). Luego fue el turno de los hackers norcoreanos (280 wallets sospechosas violadas) y los chinos (28 millones identificados en 230 wallets). Etcétera. Sin publicidad excesiva. El cuento de hadas del bitcoin que escapa a la justicia y al fisco también les conviene a los 007.    

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