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El bis de Greipel en el escenario de Saint-Quentin: hasta Cavendish se rinde al poder del alemán

TOUR DE FRANCIA – En la etapa de Saint-Quentin Petacchi finalizó octavo – A la espera de las montañas, la carrera se nutre de sprints y acrobacias – Peter Sagan se vio envuelto (afortunadamente sin consecuencias) en la habitual ruinosa caída en la meta – Mientras tanto los fantasmas del caso Armstrong: dudas sobre cuatro ciclistas estadounidenses – Mañana hacia el Met

El bis de Greipel en el escenario de Saint-Quentin: hasta Cavendish se rinde al poder del alemán

Encore de André Greipel. Sólo quinto Cavendish. A la espera de las montañas, el Tour de Francia, como era de esperar, se nutre de la emoción de los sprints, las acrobacias y la potencia de los velocistas desatada en un puñado de cientos de metros recorridos a 60 kilómetros por hora, unos segundos que parecen infinitos dando codazos a la 'entre sí, en un crescendo histérico de adrenalina, una especie de Palio di Siena, con bicicletas en lugar de caballos, en el que las caídas son la incógnita siempre presente: incluso el escenario de Saint-Quentin, soporífero durante horas, respetó este guión embelleciéndola con la escena final de un grupo lanzado a toda velocidad en persecución de cuatro fugitivos que veían cancelada su ventaja y el sueño de una victoria en los últimos metros de la etapa. Además, la meta era en un ligero desnivel, un simple desnivel que para los músculos cansados ​​de Ghyselink y Urtasun, los últimos en ceder, debió de parecer el Galibier. Greipel, el velocista alemán de Lotto nacido en Rostock, la ciudad de Jan Ullrich, el único alemán que ganó un Tour en 1997, ganó con una fuerza increíble. Mark Cavendish, condicionado también por la caída de Rouen, se vio sorprendido por tal potencia hasta tal punto que se rindió y le precedieron no solo el australiano Mattew Goss y el argentino Juan-José Haedo sino también el francés Dumoulin. Petacchi, una vez más en la lucha por la victoria, terminó octavo. Séptimo el viejo pero siempre formidable Oscar Freire. Peter Sagan no está hoy entre los diez primeros y no pudo sumar ningún otro punto válido para el maillot verde que lleva puesto. La culpa, como el guión de la Gran Boucle, de otra desastrosa caída en los últimos 3 mil metros (con los retrasos por tanto todos neutralizados a efectos de la clasificación). Equilibrista sobre su bicicleta, el eslovaco esta vez no pudo evitar caer al suelo, golpeándose el trasero contra el bordillo, en la carambola provocada por un viraje inducido por Tyler Farrar, desafortunado como nunca en este Tour, que se levantó tan muy furioso con quien chocara con él, que maltratado y ensangrentado. Clasificación obviamente sin cambios con Fabian Cancellara llevando el maillot amarillo usado en su carrera a 27 días.

Mañana se reinicia el Tour hacia Metz. Etapa de 207,5 km aún reservada a los velocistas, la última porque el sábado llegan las primeras montañas con la subida a la Planche des Belles Filles, que será la salida de las etapas alpinas previstas para la semana que viene. Evidentemente no hay noticias sobre la clasificación y los candidatos a la victoria final (con Bradley Wiggins y Cadel Evans siempre como los más populares). Pero otras noticias, sin embargo, han sacudido el Tour en las últimas 24 horas: la primera, triste, se refiere a una muerte repentina, la del ciclista belga Rob Goris, de treinta años, que llegó a la Grande Boucle como comentarista de la televisión flamenca. El otro, inquietante, añade otra mala pieza al sensacional caso Armstrong: según el diario holandés De Telegraaf, cuatro ciclistas estadounidenses, que corren este Tour, (Hincapie, Leipheimer, Vande Velde y Zabriskie), supuestamente llegaron a un acuerdo con Usada, la agencia antidopaje UU., una sentencia suave y oportuna (seis meses después de la Vuelta) por su testimonio contra Lance Armstrong. Los fantasmas del dopaje, que turbaron la víspera de la gran carrera por etapas francesa, reaparecen así puntualmente con efectos que, aun sin esperar al final de una investigación tan candente como inoportuna y extemporánea, se muestran nefastos y corrosivos para el Tour. y ciclismo todo.

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