comparte

Bertozzi y Casoni, maestros de la escultura cerámica contemporánea

Del 25 de marzo al 24 de septiembre de 2017, la Pinacoteca Civica de Ascoli Piceno acoge la exposición Bertozzi & Casoni.

Bertozzi y Casoni, maestros de la escultura cerámica contemporánea

Minimi Avanzi, que presenta 24 obras de diferentes formatos, creadas por dos de los más importantes y reconocidos maestros de la escultura cerámica contemporánea, a las que se suma una nueva instalación a gran escala, creada específicamente para los espacios del museo, que dialogará con sus lugares rica en historia y con las obras maestras del arte antiguo conservadas en ella.

La exposición, comisariada por Stefano Papetti, Elisa Mori, Giorgia Berardinelli y Silvia Bartolini, es la primera exposición individual del dúo en la región de Marche, y también tiene un importante significado renacentista cultural y turístico para toda la región.

Originalmente prevista para el pasado 26 de noviembre, la inauguración tuvo que sufrir un aplazamiento debido a los terribles eventos sísmicos que azotaron las Marcas y en particular las provincias de Ascoli Piceno y Macerata. Cuatro meses después, la exposición vuelve ahora con el mismo proyecto expositivo.

Bertozzi y Casoni. Minimi Avanzi aborda algunos temas queridos por los dos artistas, en primer lugar, el de la comida en todas sus formas -sobras de banquetes, desechos, latas, sobras, cubos de basura-, así como flores, mariposas, animales, periódicos y elementos de vida que, hábilmente desmembrados y reensamblados, componen los insólitos bodegones de cerámica policromada que los hicieron famosos.

Otra conexión con el territorio viene dada por el hecho de que la capital de Marche cuenta con una larga e importante tradición con ese arte cerámico que Bertozzi & Casoni han sabido reinterpretar dentro del panorama del arte contemporáneo: la cerámica policromada, de hecho, constituye su medio privilegiado para garantizar una reproducción que en las más de las ocasiones supera la realidad, mientras que el imaginario bebe de la vida cotidiana, entre objetos que se recuperan justo cuando se convierten en residuos, con clara referencia a la sociedad de consumo.

El resultado son obras en constante equilibrio entre el surrealismo compositivo y el hiperrealismo formal, en las que la vanitas y la fugacidad del mundo orgánico se conectan con esos sentimientos de asco y horror que proyectan al público al mundo desechable y futilidad del materialismo moderno; pero a través de la cerámica, Bertozzi & Casoni dan a los objetos una nueva existencia, dándoles una especie de nueva vida "eterna". De hecho, alejados de la perecedera, adquieren un nuevo valor que es el del goce estético.

El espectador, por tanto, ante los derroches de la sociedad transformados en asombrosas esculturas, que a primera vista cuesta captar plenamente, descubre su horror y su belleza, y se ve instado en varias ocasiones, entre el asombro y la desesperación, a detenerse en la observación de los más mínimos detalles dejándose seducir por obras en las que se funden pasado y presente, artificio y realidad.

La exposición se acompaña de un catálogo impreso por Artelito (Camerino), editado por Stefano Papetti, Elisa Mori, Giorgia Berardinelli, Silvia Bartolini, con texto de Marco Senaldi

Bertozzi y Casoni. sobras mínimas nació de una idea de la Asociación Cultural Verticale d'Arte y es promovida y organizada por esta última en colaboración con los Museos Cívicos de Ascoli Piceno, bajo el patrocinio de MiBACT - Ministerio de Patrimonio Cultural y Actividades y Turismo, de la Región Marche, Provincia de Ascoli Piceno, Municipio de Ascoli Piceno, Asociación Italiana de Ciudades Cerámicas, Fundación Cultura Marche, Equipo de Medios Sociales de Marche
 

BERTOZZI Y CASONI. Notas biograficas

Bertozzi & Casoni es una empresa fundada en 1980 en Imola por Giampaolo Bertozzi (Borgo Tossignano, Bolonia, 1957) y Stefano Dal Monte Casoni (Lugo di Romagna, Ravenna, 1961).
Su primera formación artística tuvo lugar en el Istituto Statale d'Arte per la Ceramica de Faenza en un clima dominado por un estilo posinformal "frío" entonces en boga. De mayor interés para ellos son las esculturas figurativas de Angelo Biancini, con quien Bertozzi colabora en el estudio dentro de la escuela, el arte decorativo de Gianna Boschi y el radicalismo conceptual de Alfonso Leoni.
Tan pronto como terminaron sus estudios, Bertozzi y Casoni asistieron a la Academia de Bellas Artes de Bolonia, fundaron una empresa y participaron en eventos que intentaron enfocarse en los protagonistas y razones de una "nueva cerámica".
La destreza ejecutiva y la ironía desprendida caracterizan ya sus primeras creaciones en fina mayólica policromada. Es importante la colaboración (1985-1990) con la Cooperativa Cerámica de Imola, donde trabajan como investigadores en el Centro de Experimentación e Investigación de la Cerámica. En 1987 y 1988 colaboraron con "K International Ceramics Magazine" para la que también crearon las imágenes de portada. En la década de XNUMX, el virtuosismo ejecutivo alcanzó nuevas alturas entre obras escultóricas, intersecciones con el diseño y creaciones de obras de artistas italianos y europeos establecidos: Arman y Alessandro Mendini, entre otros. En 1990 crearon fuentes y grandes esculturas para una intervención urbana en Tama, un nuevo distrito de Tokio. De 1993 es el gran panel Dilo con flores colocado en una pared exterior del Hospital Civil de Imola. En la década de XNUMX surge en su trabajo un aspecto más conceptual y radical: la cerámica adquiere dimensiones cada vez mayores hasta rayar en la hipérbole lingüística y constructiva. Los críticos y las galerías de arte nacionales e internacionales más importantes se interesan por su obra. Sus esculturas –simbólicas, burlonas y llenas de atracción por lo fugaz, transitorio, perecedero y decadente– se han convertido en íconos reconocidos internacionalmente de una condición humana no solo contemporánea. La ironía corrosiva de sus obras está siempre contrarrestada por un perfeccionismo ejecutivo indestructible. Entre el surrealismo compositivo y el hiperrealismo formal, Bertozzi y Casoni investigan los deshechos de la sociedad contemporánea, sin excluir los culturales: desde los del pasado hasta los de las corrientes artísticas más cercanas. Íconos como la caja de Brillo examinada por el Pop Art o las latas de Mierda de artista de Piero Manzoni encuentran, en una refinada versión cerámica que indaga en su obsolescencia y degradación, tanto los signos de un tiempo irremediablemente pasado como una congelación en los arreglos que, a la inversa, confiarlos a destinos verdaderamente inmortales. Desde el año 2000, Bertozzi y Casoni abandonaron el uso de la mayólica para privilegiar, en una especie de epopeya del trash, una gama más amplia de técnicas y materiales cerámicos de origen industrial, variando sus procesos y composiciones. La presencia física de los objetos y figuras representados atrae por su complejidad conceptual y referencias elípticas, la sugestión aumenta con el descubrimiento del material utilizado y la perfecta mímesis lograda y, finalmente, emergen las implicaciones formales, incluso pictóricas, de predominio figurativo pero básicamente conceptual y abstracto. Una versión contemporánea del tema vanitas que ha visto a grandes maestros del pasado comprimir en el espacio de un lienzo deslumbrantes flores, frutas, comidas y animales simbólicos. Alusiones a una impermanencia (memento mori) que Bertozzi y Casoni, maestros de la duda y del “quizás” trastornan en busca de la belleza; una belleza que se puede encontrar incluso en el objeto más descuidado y maltratado.

GALERÍA DE ARTE CÍVICO DE ASCOLI

Entre las preciosas obras conservadas, destacan por su importancia la capa de fabricación inglesa del siglo XIII, donada en 1288 a la Catedral de Ascoli por el Papa Nicolás IV, las pinturas de Carlo Crivelli (los dos trípticos de Valle Castellana del siglo XV), Cola dell' Amatrice (La subida al Calvario, 1527), Tiziano (San Francisco recibe los estigmas, siglo XVI), Guido Reni (Anunciación, 1575), Strozzi, De Ferrari, Magnasco, Mancini, Morelli, Palizzi y Pellizza da Volpedo (Amorosas paseo, 1901). Las obras están ambientadas en espléndidas salas, amuebladas con raras consolas, sillones, espejos y cómodas de los siglos XVIII y XIX que, con las preciosas cortinas y las lámparas de araña de Murano, recrean la atmósfera y el encanto de un palacio aristocrático.

Revisión