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Gasolina como el oro, la culpa del 900

El Super italiano es el más caro de Europa – En los últimos 70 años, las subidas de precios se han sucedido, ligadas a hechos bien conocidos de nuestra historia: de la guerra de Etiopía a la tragedia de Vajont, de la inundación de Florencia al Irpinia terremoto, hasta las misiones en Líbano y Bosnia.

Gasolina como el oro, la culpa del 900

querida gasolina, el mas caro de europa también debido a la guerra en Etiopía. ¿Qué tiene eso que ver con esto? Es una "anomalía" enteramente local, según la cual se cobran impuestos especiales al combustible por las razones más dispares, y luego ya nadie los suprime. El diputado Claudio Barbaro (Fli) elabora una lista minuciosa, y dirigiéndose al ministro Passera pide una exención fiscal acompañada de una liberalización "incisiva".

El precio actual de nuestra gasolina está sujeto a impuestos especiales equivalentes al 52% del costo del combustible, impuestos aplicados por razones que ya no existen, como detalla el diputado Bárbaro. Partimos del ya lejano 1935, cuando la gasolina se cargaba con 1,9 liras (equivale a 0,001 euros) para la guerra de Etiopía. Y luego en el 56 con 14 liras (0,007 euros) por la crisis de Suez; en el 63 10 liras (0,005 euros) por el desastre de Vajont; en el 66 otras 10 liras (0,005) por la inundación de Florencia; en el 68 otras 10 liras (0,005 euros) por el terremoto de Belice; en el '76 99 liras (0,051 euros) por el terremoto de Friuli; en 1980 75 liras (0,039 euros) por el terremoto de Irpinia; en 83 nada menos que 205 liras (0,106 euros) para la misión en el Líbano; en 1996 22 liras (0,011 euros) para la misión en Bosnia; 0,020 € en 2004 por la renovación del contrato de los conductores de carretera y tranvía; 0,005 euros en 2005 para la compra de autobuses ecológicos. Y solo este año 0,020 euros para el fondo único de entretenimiento, otros 0,040 para la emergencia inmigrante por la crisis de Libia y otros 0,0089 para las inundaciones en Liguria y Toscana.

De ahí una doble solicitud. El primero: prever una exención fiscal del precio de la gasolina, "es decir, explica Barbaro, la congelación del IVA y la cancelación de los impuestos especiales obsoletos, para reajustar los precios de los combustibles en Italia al valor medio europeo". La segunda: medidas incisivas en la liberalización de los combustibles “para promover una reducción significativa y real de su precio y hacer competitivo un mercado que aún hoy presenta aspectos altamente oligopólicos”.

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