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Bancos y NPLs, hacia dónde conducen las nuevas reglas europeas

"El paquete bancario es un buen compromiso y sobre todo busca compensar los efectos negativos del aumento del diferencial", comentó el presidente Abi Patuelli - De la morosidad al crédito a las pymes, de la liquidez al "compromiso danés", he aquí los recién llegados en 2019, tras el acuerdo alcanzado por Ecofin.

Bancos y NPLs, hacia dónde conducen las nuevas reglas europeas

Nuevas reglas que, por un lado, garantizan la estabilidad y la reducción del riesgo para los bancos europeos, pero que, por otro lado, favorecen un retorno "a préstamos saludables por parte de instituciones a la economía real". Así, en una rueda de prensa en la sede de ABI en Milán, el presidente de la asociación de bancos italianos Antonio Patuelli y el eurodiputado Roberto Gualtieri (Pd), presidente de la Comisión para problemas económicos y monetarios de Estrasburgo, resumieron el "paquete bancario" aprobado hace unos días por Ecofin y que ahora debe ser votado por el Parlamento Europeo, que lo hará antes de febrero-marzo. "Es una regulación que no es perfecta pero sí más equilibrada y satisfactoria, que va en la buena dirección", han comentado Patuelli y Gualtieri, recordando además que en el tema de los NPL, uno de los más sentidos, Estrasburgo ha suavizado las exigencias de gestión de los nuevos Préstamos Morosos, aunque "ahora la pelota pasa a los gobiernos de la UE".

Serán los bancos italianos los que se beneficiarán de las nuevas y más flexibles normas sobre la gestión de los nuevos NPL. De hecho, los préstamos morosos representan el 10% de nuestros créditos totales, una cifra que no se compara bien con el 3,6% europeo. Pero el nuevo enfoque, según ha trascendido, contemplará una ampliación del plazo de devaluación de la morosidad que pueden generar los nuevos préstamos. “Sobre la morosidad –precisó Patuelli– todavía quiero decir que este paquete de medidas ha sido acordado se produce tras una fuerte reducción de la morosidad ya realizada. La reducción por debajo de los 40 millones de la morosidad neta, que son los que cuentan, es un resultado que ya se ha conseguido”.

Además del de la morosidad, los otros dos temas candentes de este periodo son el spread y la liquidez de los bancos, de cara al final del Quantitative Easing. “El diferencial que ahora ronda los 300 puntos básicos –dijo Patuelli– pesa sobre la cadena productiva, la regulación europea acordada por Ecofin es en cierto sentido una compensación, busca contrarrestar los factores que complican el crédito a empresas y familias”. De hecho, el documento prevé la facilitación de un mayor apoyo especialmente a las PYMES, a través del denominado Factor de Apoyo a las PYMES, es decir, la ampliación del valor de las exposiciones de 1,5 a 2,5 millones para préstamos otorgados por bancos a pequeñas y medianas empresas a efectos de aplicar una menor absorción de capital.

El diferencial al alza es un factor de riesgo para los bancos, especialmente los italianos, que están muy expuestos a la deuda soberana. “Mientras yo esté aquí –explicó Gualtieri, cuyo mandato expira en mayo como el de todo el Parlamento Europeo– no habrá nuevas regulaciones que limiten la exposición a la deuda soberana. Los bancos siempre se verán afectados por la situación de un país, pero el desafío es reducir la deuda pública y dar señales de confiabilidad a los mercados, no limitar la acción de los bancos”. También porque el tema está necesariamente ligado al de la liquidez.

Preguntado por la posible necesidad de una nueva TLTRO, Patuelli respondió: “Estamos entrando en una nueva fase, tras la fuerte inyección de liquidez por parte del BCE. En esta nueva etapa Espero que los bancos italianos estén atentos y listos para pagar los préstamos.: de alguna manera ya habrán aparcado el dinero necesario, y no es casualidad que los stocks de deuda pública hayan aumentado en los últimos meses, con vencimientos próximos a los de amortización. Es una forma de aparcar liquidez, no pudiendo hacerlo en los depósitos de Frankfurt que tienen un interés negativo, -0,40%”.

Estos son, de forma resumida, los puntos de la reforma que se convertirá en ley a principios de 2019:

  • Factor de apoyo a las pymes: el aumento del valor de las exposiciones de 1,5 a 2,5 millones para los préstamos concedidos por los bancos a las pequeñas y medianas empresas con el fin de aplicar una menor absorción de capital (el denominado Factor de apoyo a las pymes). Este tratamiento menos sancionador se introdujo en la CRR en 2013 de forma transitoria, por tanto por un período limitado, y solo para exposiciones de hasta 1,5 millones. Parecía absolutamente necesario asegurar que este tratamiento de apoyo adquiriera un carácter permanente y también se ampliara, dada la actual fase de recuperación económica y la especificidad de la economía de muchos Estados miembros, especialmente Italia, centrada en la pequeña y muy pequeña industria;
  • Factores de apoyo a la infraestructura: la introducción permanente de una menor absorción de capital para la financiación destinada a la construcción de infraestructuras, que son uno de los sectores más cruciales para la competencia económica de los distintos Estados miembros;
  • Préstamos garantizados con la cesión de una parte del salario/pensión: una mejor calibración de la absorción de capital para préstamos garantizados por la transferencia de una parte del salario/pensión, que se caracterizan por ser una forma de financiamiento de bajo riesgo;
  • Software: la inclusión del valor de las inversiones en software realizadas por los bancos en el cálculo del respectivo capital regulatorio, lo que permite no penalizar, como de lo contrario hubiera ocurrido, la enorme transformación tecnológica para competir en el mercado a través de modelos de negocio ampliamente renovados y diversificados;
  • NSFR: la eliminación de la sanción a efectos del cálculo del ratio de liquidez a largo plazo (Net Stable Funding Ratio - NSFR) para las operaciones de pacto de recompra sobre valores de gran liquidez (como los bonos del Estado), sanción prevista en la propuesta original de la Comisión. La propuesta original, de hecho, habría penalizado el canje de bonos del Estado por liquidez y viceversa (los llamados "Repo" y "Reverse Repo"), yendo a golpear precisamente aquellas operaciones que hoy, por el contrario, garantizan la liquidez del mercado;
  • proporcionalidad: La introducción de una serie de medidas correctoras para que la nueva legislación esté más marcada por criterios de proporcionalidad con respecto a los bancos más pequeños y de mayor complejidad operativa. Para ello, se ha introducido una definición de entidades pequeñas y menos complejas (aquellas con activos totales inferiores a 5 millones de euros) respecto de las cuales la EBA tendrá que decidir una reducción global de las medidas de reporting que supondrá una reducción en costes entre el 10 y el 20%, así como un régimen simplificado de gestión de liquidez a largo plazo (NSFR).
  • Compromiso danés: la nueva prórroga, hasta 2024, de la posibilidad de que las entidades financieras no conglomeradas no deduzcan del capital regulatorio las participaciones en compañías de seguros, según el llamado "compromiso danés". Esto permite a las instituciones afectadas aplazar aún más una carga regulatoria que genera un impacto importante en el capital regulatorio.

La ABI también tuvo mucho interés en decir que su actividad estaba obviamente dirigida también a oponerse a las propuestas regulatorias que habrían sido particularmente penalizadoras para bancos Estos son los ejemplos citados:

  • los cambios al régimen de absorción de capital para las carteras de bonos del gobierno: el intento fue contrarrestado con éxito en línea con las conclusiones del Comité de Basilea que consideró que no había condiciones para revisar dicho tratamiento o adelantarlo en unas jurisdicciones frente a otras. Durante la legislatura, intentos similares, aunque de otras formas, también se adelantaron en otros proyectos de ley (por ejemplo, en el de cédulas hipotecarias);
  • la posible introducción de un factor de penalización, en términos de absorción de capital, para los préstamos realizados por los bancos para inversiones y/o actividades económicas consideradas no sostenibles ambientalmente (las denominadas "Finanzas marrones" en contraposición a las denominadas "Finanzas verdes" );
  • la introducción de requisitos de absorción de capital más estrictos vinculados a factores, incluso a través de medidas del segundo pilar.

Con referencia en cambio a la parte del paquete bancario relacionado con la revisión de la BRRD y aspectos relacionados con la legislación sobre resolución, las propuestas de la Abi apuntaron a:

  • introducir un requisito de mayor proporcionalidad que tenga en cuenta el modelo de negocio más simplificado para la definición del requisito de fondos propios y pasivos admisibles a efectos de recapitalización interna (Requerimiento mínimo de fondos propios y pasivos admisibles - MREL);
  • introducir una cláusula de derechos adquiridos que haga posible que todos los pasivos/valores que ya están en el mercado sean elegibles a efectos del requisito MREL antes de la entrada en vigor de la nueva legislación;
  • aplazar la entrada en vigor de la nueva legislación hasta 2024 (con una fase de verificación intermedia, no obstante, hasta 2022).

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