Treinta directores de oficina y varios funcionarios de Banca Etruria están acusados de fraude agravado contra los clientes. Esta es la conclusión a la que llegó la fiscalía de Arezzo al final de la investigación sobre la quiebra de mil millones de dólares del banco toscano. Por ello, el Ministerio Público solicitará la acusación de directores y funcionarios.
La acusación que los fiscales de Arezzo lanzan contra los directores de oficina y funcionarios de Banca Etruria es la de haber mentido a los clientes induciéndolos a comprar bonos subordinados a pesar de que se trataba de productos de riesgo destinados únicamente a inversores institucionales.
La investigación revela en particular que se creó una especie de sala de control en el Banco, en la que dos poderosos funcionarios empujaron a las sucursales a vender bonos minoristas subordinados incluso a clientes minoristas involuntarios sin ninguna información o advertencia sobre los peligros de la inversión.