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Empresas de EEUU: boom trimestral y mucha liquidez por disponer

La facturación superó las expectativas en el 78% de los casos - La reforma fiscal puesta en marcha por Trump aportará a las empresas una enorme reserva financiera: ¿qué harán con ella? Hay 4 posibilidades.

Empresas de EEUU: boom trimestral y mucha liquidez por disponer

En EE. UU., la temporada de presentación de resultados está llegando a su fin y 400 de las empresas del S&P500 ya han publicado sus resultados. Es hora de hacer un balance. Como siempre, y a pesar de la madurez del ciclo económico al otro lado del Atlántico, Las empresas estadounidenses superaron en gran medida el consenso.: la facturación superó las expectativas en el 78 % de los casos y la tasa de sorpresas positivas superó las expectativas en el 80 % de los casos.

Sin embargo, la interpretación de estos resultados resulta engañosa debido principalmente a la reforma tributaria que interfiere en la lectura de los datos desde el punto de vista contable. Además, la reforma ha tenido un impacto negativo en los balances de muchas empresas. De hecho, los recortes de impuestos anunciados fueron compensados ​​en parte por la cancelación de algunos créditos fiscales, lo que obligó a muchas empresas a hacer provisiones. Por cierto, muchos ya han contabilizado el impuesto sobre las ganancias extranjeras que serán repatriados a principios de este año.

Dejando a un lado los tecnicismos, la reforma fiscal ha provocado que los analistas revisen fuertemente sus estimaciones para 2018 al alza, llevando la proporción de revisiones al alza a revisiones a la baja a un máximo histórico. Sobre todo, plantea una cuestión fundamental: entre el ahorro fiscal y la repatriación de beneficios, las empresas dispondrán de un enorme colchón financiero. ¿Qué hacer con ello? Hay cuatro posibilidades: aumentos salariales, redistribución a los accionistas, mejora de balances (pago de deuda) e inversiones. Si bien ha habido aumentos salariales en su mayor parte, la incertidumbre permanece en los otros puntos.

Regresar a los accionistas, particularmente a través de recompras, ha sido durante mucho tiempo una prioridad. Si bien son concebibles, otras redistribuciones de ganancias pueden no ser masivas. Algunas empresas han anunciado su intención de invertir más en Estados Unidos, como ExxonMobil, JP Morgan o Apple, que pretende abrir un segundo campus. Este último, además, ha declarado que no está dispuesto a pagar un dividendo extraordinario, sino que tiene la intención de redimir una parte importante de su deuda en bonos (100 mil millones de dólares). Otras empresas también pueden preferir esta solución.

La comunicación corporativa aún no está clara. Si la confianza se puede ver en los discursos de gestión, los anuncios concretos son bastante raros. Y es quizás esta prudencia la que explica los riesgos de sobrecalentamiento inducidos por la implantación de un plan de estímulo fiscal en una economía en pleno ciclo. Con los efectos de los anuncios ya superados, parece que los líderes empresariales estadounidenses tendrán que esperar.

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