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Atlante, Rcs, banda ancha: Mediobanca fuera de juego en tres ocasiones

El equilibrio del capitalismo italiano ya no pasa por Piazzetta Cuccia – Mediobanca, que tiene poca química con el primer ministro Renzi, no participa en el Fondo Atlante para bancos, fue tomado por sorpresa por el Cairo Ops en RCS y fue desplazado por los ultra- gran operación bancaria lanzada por Enel con el beneplácito del Gobierno – Finalmente, un hombre de Bollorè ha llegado al frente de Generali

Atlante, Rcs, banda ancha: Mediobanca fuera de juego en tres ocasiones

No son tiempos felices para el salón de Mediobanca. "Los partidos relevantes - escribe Il Foglio - ya no pasan por el confesionario del capitalismo italiano que perteneció a Enrico Cuccia y que hoy parece un pied a terre alquilado a Vincent Bollorè, el heredero francés del capitalismo relacional, un maestro de las cajas chinas".

De hecho, en unos días Mediobanca, que tiene poca química con el primer ministro Matteo Renzi, acabó tres veces fuera de juego pero ya en las semanas anteriores ya había tenido que aprovechar su mala suerte cuando Vincent Bollorè, que también es uno de los principales accionistas de Mediobanca así como de Generali, Telecom Italia y por supuesto Vivendi, había allanado el camino para el ascenso de Philippe Donnet (que también forma parte del consejo de Vivendi) al frente del León de Trieste en sustitución del saliente Mario Greco.

El revés más sensacional, aunque el juego no ha terminado, lo sufrió Mediobanca en RCS en el que el editor de La7, Urbano Cairo, lanzó una oferta pública con el apoyo de Intesa Sanpaolo pero sin siquiera informar al CEO Piazzetta Cuccia, Alberto Nagel que inició el contraataque induciendo a la junta directiva de RCS a definir la oferta como hostil y demasiado baja. Nagel quisiera enviar al propietario de Il Messaggero, Francesco Gaetano Caltagirone, a la pista de la conquista del Corriere della Sera, como alternativa a El Cairo, que nunca ha ocultado la inversión en periódicos en función de su negocio principal, que sigue siendo el de la construcción. Si Caltagirone, que está ayudando a Nagel a reforzar su presencia en Generali, saliera al campo para el Corriere della Sera, un icono de la burguesía milanesa, probablemente habría una revuelta de la sociedad civil pero también del establishment. Y no es casualidad que incluso Fedele Confalonieri, mano derecha de Silvio Berlusconi en Mediaset, tronara en contra de la fusión entre el grupo L'Espresso y La Stampa pero bendijera la operación de El Cairo en RCS.

Mediobanca sufrió el segundo revés de Telecom, de la que seguía siendo un importante accionista, tras el lanzamiento del plan del Gobierno para el desarrollo de la ultrabanda ancha también en Italia, apalancado en Enel, cuya entrada en el campo desplazó a la incumbente de las telecomunicaciones empresas y sus principales accionistas, desde Bollorè hasta Piazzetta Cuccia. En el futuro, la pax telefónica podría pasar de la escisión de la red fija de Telecom, como espera un informe de Mediobanca Securities, y de la constitución de una nueva compañía de redes abierta al mercado con Telecom, Enel y Cdp, pero no es un camino para hoy.

Luego está el capítulo Atlante, el fondo de capital privado pero bendecido por el Gobierno, que ya ha captado casi 4 millones de euros y que pretende facilitar la reducción de la morosidad bancaria (Mps a la cabeza), que pesa como un lastre del sistema, y ​​asegurar el éxito de las próximas ampliaciones de capital, empezando por Popolare Vicenza y Veneto Banca, cuyo fracaso podría tener graves efectos sistémicos. En el Fondo Atlante están los principales bancos, fundaciones, CDP y aseguradoras, pero Mediobanca no está, ni siquiera como consultor. En otros tiempos hubiera sido impensable, pero la era de los buenos salones ha terminado y, aunque el capitalismo relacional no ha terminado todavía, su centro de gravedad ya no está en la Piazzetta Cuccia.

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