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Argentina, las sombras del pasado sobre nuestras exportaciones

La escalada de las dificultades actuales de Argentina (devaluación del peso, desconfianza de los inversionistas internacionales, bajo crecimiento y competitividad, alta tasa de inflación) exige máxima cautela en el abordaje de proyectos de exportación e incluso más de IED en el gran país sudamericano.

Argentina, las sombras del pasado sobre nuestras exportaciones

FIRST online ha decidido dedicar una serie de artículos a los países emergentes, que muchos consideran en crisis, o en proceso de reflexión, aunque las situaciones sean muy diferentes de un país a otro. Empezamos en los últimos días con la México y Turquía, y continuaremos con dos salidas a la semana a lo largo de este mes de febrero. Esta intervención está dedicada al caso más delicado de todos: elArgentina, a partir de un breve examen de su historia económica pasada, que se teme pueda repetirse en un futuro próximo.

El default de Argentina en 2001 siguió a un período realmente dramático que duró todo el año, en el que todos los días hubo noticias negativas, hasta la precipitada huida del presidente de la Rúa, y la declaración a fines de diciembre en la que el gobierno interino tomó nota de la imposibilidad de repagar hasta 132 mil millones de dólares, es decir, la mayor parte de la deuda pública, en su mayoría en el extranjero.

Después de varios años de cierre total del país a las inversiones extranjeras y gran parte de los proyectos de importación, recién en 2006-2007 se inició una tímida mejoría. Pero una crisis aún mayor se cernía sobre el comercio mundial, cuyas consecuencias aún sentimos después de 6 años. El comercio con el gran país sudamericano se ha reanudado con cautela. Pero la historia de las dificultades de Argentina, como sabemos, no va a terminar pronto. La escalada de estas dificultades, ocurrida el año pasado, no fue tan violenta y dramática como la de hace 13 años, pero ciertamente el gobierno del presidente Cristina Fernández de Kirchner navega por aguas muy bravas.

La pérdida de reservas, la dificultad para pagar la deuda externa, la falta de inversión estructural, las restricciones cambiarias para frenar la fuga de capitales del país, la desaceleración del crecimiento económico, la pérdida de competitividad exportadora, el aumento de la inflación, el acaparamiento de dólares y la desconfianza en el peso han llevado al fuerte devaluación a fin de año, equivalente a más del 30% en comparación con un año antes. La pérdida de valor de la moneda argentina es la pesadilla constante de la población de todas las clases, tanto es así que desde la década de 80, los habitantes de Buenos Aires se han acostumbrado a comprar por la mañana, temiendo que los precios ya aumenten por la tarde. .

El 27 de enero, Argentina modificó la restricción que desde finales de 2011 impedía la compra de dólares por parte de personas naturales y que él había creado un mercado paralelo donde el dólar y el peso se intercambian a un valor mucho mayor (12/13 pesos por dólar contra 8 al tipo de cambio oficial). En estas dos primeras semanas, esta intervención parece haber frenado la caída del peso (ver gráfico inicial), pero no ha vuelto a situar el peso por debajo de los 8 dólares. Mientras tanto (como escribe SACE en su último actualización de riesgo país), el país tiene Se reinició el diálogo con el Club de París – el grupo informal de países acreedores – por renegociar el pago de USD 6,7 millones de deuda bilateral Argentino (neto de intereses). Según el ministro de Economía argentino, Kicillof, el diálogo se encuentra en una etapa preliminar. Casi simultáneamente, el gobierno introdujo otros nuevos restricciones de compra olínea n. En las intenciones del ejecutivo, la medida debería proteger la producción nacional, pero en realidad podría implicar un nuevo intento de control de salida de capitalesdestinadas a evitar una posible crisis de balanza de pagos. Las reservas internacionales disminuyeron un 36% durante 2013, ubicándose actualmente en USD 29,5 millones.

¿Cómo va a terminar? La situación es grave, muy grave, pero no tan desesperada como en 2001. No estamos tan cerca del incumplimiento como entonces, ma nosotros sabemos que suficiente cualquier cisne negro alrededor del mundo para hacerlo caer una situación ya deteriorada. También sabemos que, como dijo Luigi Einaudi, la ahorrador es un animal con memoria de patas de elefante y liebre; Los inversionistas internacionales tienen estas características particularmente acentuadas, ya fueron quemados una vez por el agua caliente de la Argentina y hoy también le tienen miedo al agua fría de la Argentina.

Entonces, ¿qué se puede hacer por las exportaciones italianas y la IED en Argentina?

En primer lugar, necesitamos sacar frutos de la experiencia de hace 13 años. En febrero de 2001, pocos creían en el default argentino que se avecinaba: aún se podían realizar operaciones eliminando gran parte del riesgo país o de los bancos y corporativos argentinos. Sin embargo, fue suficiente para que se iniciara una perversa espiral de factores negativos y el default se materializara a los pocos meses. Y esto debe inspirarnos a uno mucha precaución: hoy todavía podemos tomar precauciones para defender nuestras exportaciones y proteger nuestras inversiones, quién sabe en unos meses.

En segundo lugar, tenemos que considerar qué es la actitud de SACE hacia el país, considerado por la OCDE en la séptima categoría de riesgo, la más alta. SACE no otorga coberturas por riesgo soberano, y evalúa caso por caso las relativas al riesgo bancario y corporativo.

En conclusión, para el exportaciones con liquidación a corto plazo, es fundamental preguntar créditos documentarios emitidos por un banco argentino líder y confirmados por un banco italiano, limitándose en todo caso a las cantidades exportadas y verificando las líneas de crédito residuales con que cuentan los bancos del país. Mejor operar con contrapartes conocidas y posponer la captación de nuevos clientes para tiempos mejores.

Para exportaciones con liquidación en el mediano plazo, es recomendable pedir siempre la liberación de pagarés avalados por los principales bancos del país, para ser desmovilizado con operaciones de forfaiting o descuentos sin recurso con traslado de póliza SACE. Se debe solicitar el compromiso del descuento o la emisión de la póliza antes de la celebración del contrato, Cuyo la entrada en vigor está sujeta a estos eventos con cláusulas contractuales específicas. En ambos casos es muy difícil poder conceder prórrogas de más de 1 año, máximo 2, incluso para los mejores bancos, y Costi a soportar por el descuento de instrumentos de crédito son notable.

Los inversiones colisión con la imposibilidad de cubrir el riesgo soberano: mejor entonces congelar proyectos importantes por volúmenes y cantidades, si no existen las garantías adecuadas.

El panorama, por tanto, no es alentador, pero, como hemos dicho, se requiere la máxima cautela.

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