Que Jean-Luc Mélenchon, el controvertido líder de la izquierda maximalista y populista de France Insoumise (LFI), quedó claro desde hace algún tiempo que había estado loco durante algún tiempo. Pero esta vez perdió una buena oportunidad para guardar silencio y acabó desatando la ira incluso de sus aliados nupes, los socialistas y comunistas franceses. “La violencia desatada contra Israel y en Gaza – argumentó intrépidamente Melenchon – demuestra sólo una cosa: la violencia sólo produce violencia y se reproduce”. Manera cutre de tapar las responsabilidades y la violencia de Hamás. La reacción de los socialistas y comunistas franceses contra las palabras sin sentido de Mélenchon fue dura. "Me das asco" le gritó el diputado socialista Jérôme Guedj que definió a los dirigentes del LFI como "idiotas útiles de los terroristas de Hamás que los exoneran poniendo las cosas en perspectiva, en nombre del impasse del Gobierno israelí y del conflicto palestino". La posición expresada por el líder comunista francés Fabien Roussel es también muy clara: "condena sin reservas el ataque de Hamás que afecta directamente a los civiles israelíes". E incluso la estrella en ascenso de LFI, Francois Ruffin, se distancia de su líder al manifestar “condena total del ataque de Hamás a Israel”.
De un solo golpe, sólo dos goles en propia meta para Mélenchon: palabras indecentes que justifican a Hamás y una ruptura cada vez más evidente con los aliados de Nupes. Si esto continúa, Melenchon acabará destruyéndose a sí mismo también.