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5G, aumenta la tensión entre Huawei y EE. UU. y Nokia se regocija

Es una batalla abierta en tecnología: EE. UU. no puede compararse con China y apuesta todo por Nokia y Ericsson, pero los países europeos no cierran sus puertas a Huawei. Lo que responde a Washington: "acusaciones infundadas".

5G, aumenta la tensión entre Huawei y EE. UU. y Nokia se regocija

La pelea 5G se calienta cada vez más. Y no es un juego baladí, por dos motivos: Estados Unidos se juega la supremacía tecnológica mundial y con razón les preocupa el impulso que están tomando los chinos, a través del grupo Huawei, objetivamente adelantados en saber hacer y competitivos en precios; La tecnología 5G es la que posibilitará otra revolución industrial más, la de los robots y la inteligencia artificial, y que podrá determinar ventajas competitivas para uno u otro país, además de avizorar una “guerra fría” de espionaje digital.

Una fuerte y formal acusación ha llegado desde Estados Unidos sobre este último aspecto: la fiscalía federal de Brooklyn ha abierto un nuevo procedimiento contra Huawei, acusándola de robar secretos comerciales de seis empresas tecnológicas estadounidenses y de haber violado la ley promulgada para combatir el crimen organizado, incluso de tipo mafioso, así como la ley de sanciones contra Irán. La respuesta de los asiáticos no se hizo esperar: "Acusaciones infundadas e injustas, quieren dañar nuestra reputación". Y luego está todo el juego, en este caso político y diplomático, que se está jugando en suelo europeo. Washington quisiera llevar a Europa de su lado y también ha destinado inversiones de varios miles de millones para apoyar la actividad de los grupos de telecomunicaciones europeos que apuestan fuerte por el 5G, hasta el punto de poder al menos obstaculizar el dominio de Huawei.

Desde el punto de vista de las políticas de los Estados individuales, esta operación de persuasión moral está funcionando hasta cierto punto, dado que un aliado histórico como el Reino Unido, que se ha tornado más atlantista con el triunfo de Boris Johnson que allana el camino por un hilo privilegiado con su amigo Donald Trump, se ha abierto a las infraestructuras ultrarrápidas de los chinos, aunque limitando su presencia y excluyéndolos totalmente de las redes centrales. Incluso Francia no ha cerrado sus puertas a Huawei, aunque a su vez con limitaciones especialmente en sectores militarmente incluso estratégicos. Italia actualmente está esperando, pero objetivamente los precios y el alto contenido tecnológico de los chinos son tentadores para todos.

En Europa, quien está surgiendo de manera particular para alcanzar a Huawei es Nokia: la compañía finlandesa, que entró en crisis hace unos años, está resurgiendo de sus cenizas y cerró 2019 volviendo a las ganancias, gracias al 5G. Está justo en Nokia, así como en Ericsson de Suecia., que EE. UU., que por su propia admisión no tiene una realidad capaz de competir con Huawei, está jugando todas sus cartas para construir su propio newtork y convencer a sus aliados europeos para que hagan lo mismo. Quizás incluso abordar la guerra de precios, en la que la propia Nokia ha intervenido recientemente, como para enviar una señal -entre otras- a Italia: “Los costes de la tecnología 5G tienden a ser los mismos. Algunos proveedores pueden hacer descuentos, pero en última instancia, los costos terminarán siendo los mismos". El juego está abierto de par en par.

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