La etapa, que vio el mortal tercer agudo de Marcel Kittel, acababa de comenzar cuando un escalofrío recorrió la caravana: un frenazo general, un vaivén del grupo hacia el borde de la carretera a la izquierda hace que un ciclista vuele al suelo: es Chris Froome Para el marciano del Tour 2013, gran favorito de nuevo este año, un feo golpe en la muñeca y el muslo. Inmediatamente medicado por el médico, Froome logra reincorporarse al grupo de Nibali y Contador sin dificultad, dando la impresión de que se trata de rasguños menores.
Pero en una etapa como la que les espera mañana a los corredores, la fracción del temido pavé, con la moto dando tumbos constantemente sobre las piedras rotas del firme, unas molestias en la muñeca podrían complicarle la vida al keniano blanco. Froome, que ha terminado la etapa de hoy sin daños, confía en una noche tranquila. Esa especie de Roubaix, que los organizadores querían volver a proponer en el Tour, asusta a muchos con sus quince sectores empedrados desde Ypres hasta Arenberg. Incluso lo detesta un corredor como Fabian Cancellara, que además es uno de los especialistas, múltiple ganador del clásico monumento, súper popular para la etapa de mañana. Imagínese a aquellos, como Nibali y Contador, que siempre han evitado competir en la París-Roubaix. El Froome enyesado contrasta con el Froome extraterrestre que, por un spot de Jaguar, patrocinador del Team Sky, cruza el Canal de la Mancha en bicicleta por el túnel de servicio en 55 minutos, sólo 20 minutos más que el tren. Así aparece el británico en un vídeo, grabado hace meses, que se emitió en las mismas horas en que anoche se trasladaba en avión el Tour de Londres a Francia: una operación comercial que alimentó la superimagen del campeón Sky. La caída devolvió brutalmente al marciano a la tierra y ya en el último Criterium du Dauphiné se dio cuenta de cómo el destino, corriendo en bicicleta, también puede volverse contra los extraterrestres.
La crónica de la primera etapa en suelo francés, que inevitablemente tiene como foco la caída de Froome y que también debe dejar constancia de la dolorosa retirada de Andy Schleck por las consecuencias del choque de ayer a las puertas de Londres, se vive en una larga escapada de Thomas Vockler, el más loco pero también el más querido de los ciclistas franceses, primero junto a Luis Angel Mate y luego solo antes de que se le uniera el grupo a 17 km de Lille. Y cuando hay un sprint general, ¿quién gana sino Kittel? Y así fue también en Lille, bajo un cielo gris y húmedo. Para el alemán es la tercera victoria en cuatro etapas. Una racha extraordinaria para el campeón de Giant-Shimano que superó por poco a Kristoff y Demare y que parece que pronto romperá su récord personal de cuatro éxitos obtenidos en el Tour del año pasado. Clasificación obviamente sin cambios con Vincenzo Nibali por tercer día con el maillot amarillo, en vísperas de la esperada primera prueba mañana en los adoquines negros llenos de baches de Arenberg. Una prueba exigente para todo aquel que quiera ser protagonista en este Tour, especialmente para Froome tras el susto de hoy.
