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Totti lleva a la Roma a la Champions, el Inter se despide de los sueños

Un súper Totti abre las puertas de la Champions League a los giallorossi que remontan de Toro y le ganan 3-2 con dos goles del capitán (uno de penalti) La revancha de Gasperini está en el aire: ahora las posibilidades de los nerazzurros de conquistar el La Champions League es escasa

Totti lleva a la Roma a la Champions, el Inter se despide de los sueños

El sueño de la Roma es casi una realidad, el sueño del Inter parece estar llegando a su fin. Este es el desenlace de la película de los miércoles de campeonato y el actor principal tiene nombre y apellido: Francesco Totti. No queremos a De Maio (el otro ganador de la velada) pero todos los focos son para el Capitán, protagonista de un increíble cuento de hadas, el enésimo de su espléndida carrera. Fue él quien dio la vuelta a un partido que parecía perdido con un doblete en menos de 3' (!) y esto en la noche más importante, la primera después de la pelea en Bérgamo con Spalletti: si no es una señal del destino, estamos cerrar…

“Lo dije y lo repito, para nosotros Totti sigue siendo un recurso muy importante – comentó el entrenador de los giallorossi. – Cuando estamos en dificultad no hay mejor jugador que él, además arrastra a la multitud y eso nos da un gran impulso. Yo soy el entrenador y tomo decisiones, esta gestión no le va muy bien pero podemos intentar encontrar un equilibrio. Ha sido un partido muy difícil, darle la vuelta así nos dará aún más ilusión".

Tarde loca la del Olimpico, la enésima de esta extraña etapa romanista, salpicada de puntos (la última derrota data del 24 de enero) pero también de sensacionales altibajos. Después del estallido de Spalletti tras Atalanta, se esperaba una Roma arenosa y en el lugar, en cambio, la primera mitad fue todo estilo granada. El Torino, galvanizado por las 3 victorias consecutivas, se defendió con orden pero sin renunciar al golpe al contraataque.

Y tras rozar la ventaja con Martínez y Belotti, la encontró con el mismo delantero italiano, muy frío al convertir el penalti provocado por Manolas (34'). El griego, en apuros durante todo el partido, sin embargo lo resarció en la mitad de la segunda parte, cuando cabeceó tras un saque de esquina. Con el 1-1, el partido cambió por completo, con la Roma atacando de frente y el Torino defendiendo con armas blancas.

Pero justo cuando la ventaja de los giallorossi parecía flotar en el aire, llegó la granada: un centro desde la derecha de Bruno Peres, una siesta de la defensa y un remate ganador de Martínez (81'). En ese momento Spalletti, quizás más por desesperación que por otra cosa, dejó entrar a Francesco Totti y allí se materializó uno de los cuentos de hadas futbolísticos más increíbles de los últimos tiempos.

El Capitán tardó 22 segundos en marcar el 2-2 con un split volador (87') y luego, menos de 2' después, transformó con frialdad el penal concedido por Calvarese por un presunto (si no inexistente, sin embargo hubo otros dos antes) mano de Maksimovic (89'). Escenas de júbilo en todo el Olimpico, con aficionados llorando y Spalletti (¡incluso él!) aplaudiendo desde el banquillo.

La noche del Inter fue decididamente menos hermosa, obligado a lidiar con otro contratiempo justo cuando no era necesario. Un éxito en Génova, independientemente del resultado en Roma, habría mantenido vivo el sueño del tercer puesto, en cambio llegó una derrota que, salvo giros sensacionales, nos obliga a levantar la bandera blanca.

“Aún quedan 12 puntos, veremos qué pasa – suspiró Mancini en la rueda de prensa. – Hicimos un gran partido y merecimos ganar, lamentablemente no logramos marcar y lo pagamos caro. La diferencia con los equipos grandes es esta, hoy todavía no estamos a ese nivel". Ya lo había dicho el entrenador de Jesi en la víspera: perder ante Marassi hubiera anulado la victoria sobre el Napoli. Y pensar que al principio parecía un Inter cargado y concentrado, en la línea de lo que vimos en San Siro ante los Azzurri.

Perisic estuvo cerca del gol en el 4' (gran parada de Lamanna), lo mismo hizo Icardi en el minuto 26 (parada en la línea de Muñoz), de nuevo el croata fue tapado por el portero del Génova. Pero los rossoblu, aunque sea de saque de banda, no cejaron en el 38' e hicieron temblar la portería de Handanovic con Pavoletti. El equilibrio también reinó supremo durante la mayor parte de la recuperación, en completo contraste con lo que sucedió en el Olímpico entre Roma y Turín.

Pero en el minuto 77 llegó el episodio decisivo: córner del Génova, doble gol de Muñoz-Tachtsidis y un gol definitivo de De Maio, olvidado en el segundo palo por la defensa del Inter. Mancini intentó el asedio metiendo también a Jovetic pero el resultado nunca cambió. Así, Génova recogió la quinta victoria consecutiva dentro de los muros amistosos de Marassi, Inter los fragmentos de una derrota muy dura, probablemente decisiva para las ambiciones del tercer lugar.

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