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Choque entre la empresa y el gobierno francés tras la introducción del impuesto a las bebidas carbonatadas

El 24 de agosto, el gobierno de Fillon lanzó una campaña "contra la obesidad" gravando las bebidas carbonatadas (pero también los cigarrillos y el alcohol). Coca-Cola, sin embargo, no está ahí y va al contraataque: "Revisan esa provisión o no inversión de 17 millones para una nueva fábrica en Francia"

Choque entre la empresa y el gobierno francés tras la introducción del impuesto a las bebidas carbonatadas

Es una guerra abierta entre Francia y Coca Cola. Tras la elección del gobierno transalpino de gravar las bebidas carbonatadas (así como de aumentar los precios de los cigarrillos y el alcohol), ya muy criticada en casa por la Asociación Nacional de Industrias Alimentarias (Ania), la empresa más afectada por la medida continúa El contraataque: cuestionará su plan de inversión de 17 millones de euros para una nueva fábrica en territorio francés (región de Bouches du Rhone).

El nuevo impuesto, lanzado por el gobierno de Fillon el 24 de agosto y con vigencia a partir de 2012, forma parte tanto del plan de austeridad del gobierno francés con la introducción y el aumento de algunos impuestos, como de la campaña de prevención de la salud (ver también aumentos en los precios del tabaco y el alcohol) , en particular contra la obesidad, fuertemente deseada por el propio primer ministro.

La decisión fue fuertemente criticada por la industria agroalimentaria transalpina, que a través del presidente de la asociación nacional (Ania) ha defendido abiertamente a la empresa americana. “Coca-Cola –dice Jean-René Buisson– es una de esas empresas que se ha adherido al acuerdo firmado con el gobierno para la reducción del porcentaje de azúcar y apoyo a una política de educación alimentaria. El impuesto Fillon – concluye Buisson – no es más que la estigmatización gratuita de productos alimenticios cuya nocividad para la salud no ha sido demostrada científicamente en absoluto”.

Coca-Cola, por su parte, ha aclarado sin embargo que el proyecto de abrir una fábrica en Francia (con una inversión de más de 17 millones de euros) no se ha archivado oficialmente, es por ahora una "manifestación simbólica para que el Gobierno retire la disposición”, pero “necesariamente tendrá que ser revisada en el contexto de la nueva legislación”. “La inversión prevista -concluye la empresa estadounidense- iba a servir para poner en marcha una nueva línea de producción en la que debería convertirse en la segunda fábrica de Coca-Cola en Francia en términos de productividad, con 203 empleados y que desde hace 5 años ya recibe inversiones de unos 45 millones de euros”.

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