Publicamos la carta del profesor Giovanni Ferri, economista y catedrático de Economía Política, en respuesta a las preguntas de uno de sus alumnos de la Universidad Lumsa de Roma que le preguntaba sobre la posibilidad de una vuelta a la lira.
El tema es difícil pero es difícil no tratarlo. Respondo de manera concisa porque se podría hablar durante mucho tiempo. Distinguimos entre un perfil interno en Italia y uno a nivel de la UE. En el primer perfil, la vuelta a la lira (con la consiguiente devaluación de alrededor del 50% frente al euro) determinaría un efecto flujo y un efecto stock. Sobre los flujos habría una enorme carga por el costo de las importaciones. Sin embargo, en poco tiempo, la recuperación de la competitividad de las exportaciones italianas en el mundo generaría un aumento de las exportaciones probablemente incluso más significativo que el aumento del costo de las importaciones. Por lo tanto, dentro de un año podría generarse un superávit apreciable en las cuentas externas. Mientras tanto, una vuelta a la lira permitiría a Italia abandonar los criterios de austeridad fiscal impone actualmente la participación en el euro. Por lo tanto, tanto por el auge de las exportaciones como por la expansión del gasto público que volvería a ser posible, el crecimiento del PIB italiano se reiniciaría después de un tiempo. Pero, al cabo de un tiempo podrían surgir problemas por el aumento de la inflación que, de no prevenirse, podría borrar en poco tiempo todo el beneficio recuperado de la competitividad. En el frente de las acciones, sin embargo, las cosas estarían mal. Todos los activos italianos se reducirían a la mitad en valor, si se expresara en euros, y por tanto Italia sería mucho más pobre. Considerándolo todo, en la suma de beneficios y costos, creo que los costos los superarían con creces.
Aún más preocupante es el escenario de la UE. La salida de Italia del euro con devaluación provocaría una grave tensión en el funcionamiento de la Unión Europea. El contagio podría extenderse provocando que Grecia, Irlanda, Portugal y España también abandonen el euro. Además, es casi obvio que, ante el salto de competitividad italiano, Francia, Alemania y el resto de países que permanecen en el euro introducirían derechos de aduana y protecciones. El resultado final sería la destrucción de la UE tal como la conocemos. Esto precisamente en una fase histórica en la que Europa ya se está volviendo cada vez más marginal en la economía mundial. En resumen, ¡unos cuantos grillos para la cabeza! La vuelta a la lira es un disparate colosal. Ojalá no tuvieras que vivirlo. Si eso sucediera, creo que la gente como yo se vería obligada a abandonar Italia.
¡Mucha suerte!
