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Renzi rechaza a Marini: "Ser católico no es suficiente para Colle"

El alcalde de Florencia rechaza la candidatura de Franco Marini al Quirinale: "Es grave basar las razones de una candidatura en la fe religiosa y reclamar cargos en virtud de la confesión" - Sobre Bersani: "Lamento mucho que Pier Luigi elija el camino del 'insulto'.

Renzi rechaza a Marini: "Ser católico no es suficiente para Colle"

Renzi responde a Bersani y rechaza con tono perentorio la candidatura de Franco Marini al Quirinal, abriendo un nuevo frente de conflicto dentro del Partido Demócrata. El alcalde de Florencia refutó contundentemente las acusaciones vertidas contra él por el secretario del Partido Demócrata, quien lo había llamado "arrogante, indecente, indiferente": "Lamento mucho que Pier Luigi, a quien mi respeto siempre va, independientemente, elija el camino del insulto. No creo que me lo merezca, ni siquiera a la luz del comportamiento de estos meses. En lo que a mí respecta, me gustaría evitar la controversia".

La "culpa" de Renzi, a ojos de Bersani, había sido esperar una rápida salida al actual estancamiento político: "Yo no formo parte del equipo directivo y no me toca a mí decidir: espero que los que están a cargo no lo hagan". No pierdas el tiempo. Si eso significa ser indecente, creo que hay muchos en Italia que son indecentes".

En cuanto al Quirinale, el alcalde es categórico sobre el nombre de Marini "Creo que necesitamos un perfil que encaje y el de Franco Marini no es bueno: fue rechazada por los votantes de Abruzzo, ni siquiera fue votada. Estos pequeños juegos no funcionan". El catolicismo, atributo fundamental de la candidatura del expresidente del Senado, no puede bastar por sí solo, al contrario: "La voluntad de fundamentar en la fe religiosa las razones de una candidatura a guardián de la Constitución y representante del país parece para mí muy serio e instrumental".

En política, Renzi subraya: “juramos por la Constitución, y no por el Evangelio“, y “políticos que apelan a la tradición a menudo se inclinan a actuar como guardianes de una visión ética muy rígida. No hay mayor riesgo de cruzarse en el camino de los moralistas –advierte–, especialmente de los sin moral”. El veneno, como siempre, está en la cola: “aún más bajos son los que usan su fe para pedir trabajo. Para reclamar asientos. Reivindicar posiciones no en virtud de las propias ideas, sino por la propia confesión".

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