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Milán en el cielo, Inter en el infierno: 3-0

DERBY DELLA MADONNINA – Con un seco 3-0 los rossoneri ganan el derbi milanés y reabren el expediente de la Champions, poniendo en crisis a los nerazzurri de Mancini, expulsados ​​por protestas – Los goles del Milan son Di Alex, Bacca y Niang – Icardi mete pero falla un penalti – Mihajlovic: "Esta es la victoria más bonita desde que entreno: los derbis ganados pasan a la historia"

Milán en el cielo, Inter en el infierno: 3-0

¡La Virgen es roja y negra! El derbi milanés número 216 (164 en Liga) finaliza con victoria del Milan, un claro 3-0 que extasía al equipo de Mihajlovic y abre oficialmente la crisis para el Inter. Los nerazzurri, por primera vez desde el comienzo de la temporada, están fuera del área de la Champions League, la misma área que los rossoneri al menos pueden colocar en su mira: ahora los puntos del tercer clasificado Fiorentina son 6, muchos pero no demasiados teniendo en cuenta que solo estamos en la jornada 22. 

El resultado, por redondo que sea, no debe engañar más de lo necesario: el partido pasó por largas fases de equilibrio y se decidió sobre todo en los episodios. Sobre todo la que se produjo en el minuto 70, cuando Icardi, tras haberla obtenido, mandó un penalti al poste para batir a Donnarumma. El resultado seguía siendo 1-0 y un gol del Inter podría haber trastocado todos los escenarios. No fue así y el Milán, una vez escapado el peligro, contagió la alegría de Berlusconi, presente en la grada y finalmente satisfecho con la actuación de su equipo. 

“Esta es la victoria más hermosa desde que estoy entrenando – explicó Mihajlovic en la rueda de prensa. – Los derbis ganados así quedan en la historia, nos alegramos por toda la afición, empezando por el presidente. Por una vez también tuvimos suerte, fue mejor que ganar en el minuto 90". 

El estado de ánimo de Mancini fue decididamente diferente, expulsado por protestar en el minuto 57 tras un presunto penalti negado a su equipo (en realidad fue una falta doble dentro del área): el técnico nerazzurro discutió largo y tendido con Damato y sus colaboradores , antes de abandonar el campo y entregarse a gestos impropios contra la afición del Milán. 

“Le saqué el dedo medio a los que me insultaron – admitió el entrenador frente a los micrófonos. – Los árbitros han sido los peores sobre el campo hoy, habiendo dicho que perdimos 3-0 y aunque creo que el resultado es mentira, felicito a los rivales. Asumo la responsabilidad de lo que pasó, tenemos que trabajar para volver a los niveles de hace unas semanas y poner las cosas en orden". 

La de San Siro fue una tarde por dentro o por fuera, aunque por objetivos diferentes: el Inter se jugaba las últimas opciones del Scudetto, el Milan por el tercer puesto. Mihajlovic optó por un 4-4-2 más musculoso de lo habitual, con Kucka preferido a Bertolacci para apoyar a Montolivo, Mancini respondió con una formación de espejo, situando a Jovetic junto a Eder con Icardi en el banquillo. Tras un comienzo con tintes nerazzurri (paradas de Donnarumma sobre Eder y Brozovic), los rossoneri encontraron la ventaja: centro de Honda desde la derecha, despeje contundente de Alex y balón detrás de Handanovic (35').

El clásico episodio de desempate, justo lo que se necesitaba para romper el equilibrio de un derby en la cuerda floja. En el inicio de la segunda parte el Inter cogió el ritmo y en el 70', tras la entrada de Icardi en lugar del gastado Jovetic, tuvieron el gol del empate desde el punto de penalti, pero el propio Maurito la desperdició de mala manera en el poste. Gol encajado mal: la ley más antigua del fútbol no podía permanecer indiferente ante semejante derroche. 

Apenas 3' Niang sirvió a Bacca en el centro del área y el colombiano, implacable como siempre, no desaprovechó la oportunidad de marcar el partido más esperado del año (73'). Aventajados por dos goles y con la moral por las nubes, los de Mihajlovic se adueñaron definitivamente del encuentro y 4' después encontraron el 3-0 con Niang, oportunista en congelar a Handanovic desde corta distancia (77'). 

Y el resultado podría haber cobrado aún más dimensiones si Balotelli, que entró en la final en sustitución del francés, no se hubiera dejado hipnotizar por el portero esloveno, que no tardó en responder a su derechazo. Hubiera sido demasiado para el Inter, que todavía estaba obligado a aceptar una derrota muy dura, en términos de clasificación y moral. 

La Curva Nord, hasta ahora siempre cercana al equipo, se tomó muy mal el resultado, tanto que pidió (o más bien exigió) una entrevista a los jugadores a altas horas de la noche (Zanetti hizo de mediador) en el garaje del estadio. El Milán vuelve a disfrutar, el Inter está macerado en una crisis tan inesperada como innegable. Potencia del derbi, capaz de subvertir pronósticos y estados de ánimo como pocos partidos. 

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