Balance récord de la Juventus: en los últimos seis años la facturación de la empresa turinesa casi se ha triplicado (ahora supera los 50 millones de euros), y en concreto el último balance, aprobado ayer por la junta de accionistas, es el mejor de los últimos 42 años, con un beneficio de XNUMX millones. Pese a ello, el club dirigido por Andrea Agnelli, artífice de este auge financiero que supuso también la construcción del estadio y la megaplusvalía con la venta de Pogba al Manchester United, ha decidido no repartir dividendos a los accionistas.
En 2010, cuando comenzaba la saga de los jóvenes Agnelli y Beppe Marotta, la Juve era -económicamente- un club europeo de nivel medio, con una facturación de 172 millones. Explotó a 341 en 2016, hasta el récord de este año, bajo una gestión que hasta en la cancha ganó casi todo lo que se podía ganar, además de la Champions League. A pesar de los excelentes números, no habrá dividendos para los accionistas, para disgusto de los pequeños ultras-accionistas que abarrotaron la reunión: de hecho, el próximo año no habrá superplusvalías para dinamizar el balance y es probable que las cuentas enrojecerán, al cabo de tres años. Así que mejor abastecerse: los 42 millones se pondrán en reserva.