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Hong Kong lucha por el mejor escaparate navideño

Los distritos comerciales son todos una sucesión de escaparates extraordinariamente elaborados y los centros comerciales más importantes compiten para exhibir un truco más sorprendente que el siguiente.

Hong Kong lucha por el mejor escaparate navideño

Los centros comerciales de la metrópolis china, empeñados en sacar la mayor cantidad de dinero posible del bolsillo de los clientes durante la Navidad (y en torno a ella), han atesorado la máxima según la cual cuanto más gastas, más ganas. Los distritos comerciales son todos una sucesión de escaparates extraordinariamente elaborados y los centros comerciales más importantes compiten para exhibir un truco más sorprendente que el siguiente. 

La competencia es "muy feroz", dice Karen Tam, subdirectora general de marketing de Harbor City, uno de los principales centros comerciales de Hong Kong ubicado en la bulliciosa zona urbana de Kowloon. Harbour City gastó 5 millones de dólares de Hong Kong (645.000 dólares estadounidenses) en escaparates con personajes de las películas de Disney 'Toy Story' y 'Lilo y Stitch' rodeados de gigantescas decoraciones navideñas. “El presupuesto para montar los escaparates navideños”, continúa Tam, “aumenta cada año, porque aquí en Hong Kong, pero también en China continental, nos tomamos la competencia muy en serio. Tenemos que ser cada vez más creativos, tenemos que presentar algo sorprendente para captar la atención de los clientes”. 

El International Finance Centre, por ejemplo, un gran centro comercial ubicado en el distrito financiero de la ciudad, ha reproducido las avenidas del Central Park de Nueva York, con colinas cubiertas de hierba entre las que pasear y bicicletas aparcadas que se iluminan cuando alguien se sube a ellas. y comienza a pedalear. La APM, sin embargo, ha construido una ciudad extravagante, donde las latas de sopa gigantes están coronadas con coloridos árboles de Navidad. Los planos de las creaciones navideñas –así como los presupuestos correspondientes– están protegidos como secreto de Estado, ya que una guerra de espionaje sin límites se desencadena muchos meses antes de que comience la obra. 

“Cada Navidad es la misma historia”, dice Rebecca Woo, jefa de marketing del K11 Art Mall, mitad centro comercial y mitad galería de arte, “todo el mundo trata de averiguar de todas las formas posibles lo que están organizando los demás”. K11, fiel a su vocación artística, ha creado una instalación en la que enormes osos polares hechos de tubos de acero hacen un gran espectáculo, salpicados de luces multicolores y sumergidos en una continua nevada de espuma blanca. “Queríamos ofrecer a nuestros clientes algo único”, comenta Woo, y agrega que desde que se instalaron los osos, las visitas aumentaron un 10 %.


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