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Grandes Chefs: El reinicio de Ricciardi es la nueva juventud de los Tamerici

El gran chef estrella Michelin deja el restaurante que lo vio heredero espiritual del mítico Angelo Paracucchi para volver a la Locanda delle Tamerici que le dio fama y emprender de nuevo, a los 70 años, en plena pandemia, para una nueva aventura “Si me detengo por mucho tiempo, corro el riesgo de oxidarme…”

Grandes Chefs: El reinicio de Ricciardi es la nueva juventud de los Tamerici

Era 1990 cuando Mauro Ricciardi, hijo de granjeros, un puesto seguro como ingeniero eléctrico en Enel, decidió cambiar su vida por completo, para administrar un restaurante en Ameglia, a tiro de piedra del mar, la "Locanda delle Tamerici". Se mete en la cocina, comienza a profundizar en el tema, lee libros, asiste a cursos especializados y paga para ir a aprender a los mejores restaurantes italianos. La gran pasión y el ejemplar compromiso le permiten recoger notables éxitos y en pocos años conquistar la prestigiosa "Estrella Michelin" que le hace adentrarse en el paraíso de la gran cocina italiana.

Corría el año 2013 cuando el Chef decidió cerrar la "Locanda delle Tamerici" para trasladar bolso y equipaje a la "Locanda dell'Angelo" en Ameglia, un restaurante que hizo historia de la cocina italiana, el reino de aquel Angelo Paracucchi, uno de los padres de la "nueva cocina", innovadores de nuevos equilibrios en la cocina, en la superación de la línea entre dulce y salado, en la creación de nuevas texturas, en el estudio de la estructura bioquímica de los alimentos, entre los primeros 7 restauradores y chefs de Italia ser galardonado con la estrella Michelin a finales de los años 70, el primer profesional de la cocina italiana invitado a abrir un restaurante en Francia, el primer restaurante italiano en el extranjero en ganar una estrella Michelin en 1990, es algo que te hace temblar las muñecas.

En esa cocina se formó como un joven chef con ganas de volar alto y, a la muerte de Paracucchi, el hijo de Angelo ve en él al único que puede llevar adelante el restaurante a nombre de su padre y así en el cartel se fusionan las dos historias: el restaurante se convierte en “Mauro Ricciardi alla locanda dell'Angelo”.

Es 2021 cuando, en plena pandemia, Mauro Ricciardi, un septuagenario lleno de honores, decide dar un nuevo giro a su vida y volver a empezar desde donde empezó su maravillosa aventura como hijo de agricultores, que de joven amaba pasar su vida en el campo juntos a los abuelos y padres “ver terrones volcados, lombrices retorcidas, lagartijas que huyen, los primeros brotes de la siembra, el crecimiento de las plantas y finalmente el despliegue de los productos, ayudar la abuela ordeña las vacas y a veces va, a las cuatro de la mañana, al mercado con ella, a vender los maravillosos productos que se cultivan en nuestra finca, alubias, patatas, calabacines para volver a las 7,30 y luego correr a la escuela".

El anuncio es sensacional, Mauro Ricciardi reabre la Locanda delle Tamerici con el mismo entusiasmo con el que hace muchos años transformó una modesta trattoria en un pequeño hotel en un restaurante que atrajo la atención de los principales críticos gastronómicos italianos, frecuentado por una importante y exigente público, de personajes ilustres que venían de toda Italia.

“Ha terminado un ciclo –Ricciardi– pero no una bonita amistad. En nuestra profesión siempre necesitamos nuevos estímulos y programas ambiciosos para seguir manteniendo un alto nivel, porque si me quedo mucho tiempo corro el riesgo de oxidarme”

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