La sequía amenaza con acabar con la producción de las centrales hidroeléctricas. Y está disparando los precios de la electricidad en Europa. El clima en ebullición y la guerra entre Rusia y Ucrania son la combinación explosiva que está impulsando la demanda de electricidad, reduciendo la producción renovable y elevando los precios a niveles récord. De hecho, la expectativa es que Rusia apriete aún más los grifos de los gasoductos para mantener a Europa bajo control ante las primeras señales de la temporada de invierno. Y el clima loco también está reduciendo la producción eólica: hay poco viento.
Los precios de la electricidad ya anticipan subidas récord para el próximo año en Europa: en elEEX (Bolsa Europea de Energía) los contratos de referencia de Alemania viajan a 455 euro/MWh (+6,6%) y los franceses se disparan a 622 euro/MWh (+7,8%). Cifras que corresponden, observa Bloomberg, a 1.100 dólares por el equivalente energético de un barril de petróleo, un nivel nunca antes experimentado. Particularmente difícil es Francia, que tiene casi la mitad de sus centrales nucleares en mantenimiento y tiene que importar electricidad del exterior, transformándose de un exportador a un importador neto de electricidad. Esto obliga a los países vecinos a quemar más gas para garantizar el abastecimiento interno y las exportaciones.
Verano ardiente, precios de la electricidad por las nubes, KO hidroeléctrico
El verano, en el oeste y el sur de Europa, estaba en llamas. Y todavía lo es. Temperaturas de 40 grados y ausencia de lluvia han secado ríos y embalses. En junio las renovables cubrieron el 35% de la demanda eléctrica nacional: la eólica (+32,2%) y la fotovoltaica (+7,7%) van al alza, pero la hidráulica va en descenso (-37,4%) con unos 2 TWh menos. "También cabe señalar que en el norte de Italia el nivel de los embalses registra valores cercanos a mínimos históricos (31%)", decía el comunicado de prensa de Terna a finales de julio.
¿Un hecho puramente cíclico destinado a pasar con las lluvias de otoño (si llegan)? No es seguro.
Es útil recordar que la proporción del consumo final bruto de energía cubierto por energías renovables es igual al 20,4 % en Italia, aproximadamente una quinta parte del total. En el caso del consumo eléctrico, en cambio, la cuota de las renovables cubre el 38,1% y la hidroeléctrica es la mayor tajada de este pastel: el 40,7% del total según el Informe Estadístico de GSE sobre fuentes renovables de 2020. La solar estaba en el 21,3 %, viento al 16%.
Cifras que se han mantenido estables pero que ahora verano de 2022 corren el riesgo de dar un vuelco.
“Vivimos una situación sin precedentes en nuestra historia industrial”, dijo Francesco Fornari (Enel) al diario online Político. Enel controla unas 500 centrales hidroeléctricas en Italia. Fornari informa de que la producción eléctrica del grupo en Italia se ha reducido prácticamente a la mitad este verano respecto a 2021, especialmente en el norte donde se ha sentido especialmente el impacto de la sequía. La temperatura inusualmente alta del agua utilizada para enfriar los sistemas también influye. El resultado es que algunos también han sido cerrados para utilizar las reservas de agua para riego.
Las plantas secas no solo en Italia, España y Francia también sufren
No es sólo Italia la que sufre. España y Francia también están lidiando con la sequía y la caída vertical de la energía hidroeléctrica Tanto en España como en Francia, los niveles de agua han descendido al nivel más bajo de los últimos 20 años. Francia tiene la mayor capacidad hidroeléctrica instalada en la Eurozona. El gigante nacional francés controla un millar de centrales, entre presas e hidroeléctricas sobre ríos, y declaró un nivel de llenado del 67%, 13 puntos inferior a la media, con una caída de la producción de 5,7 teravatios hora, equivalente a aproximadamente una cuarta parte del total , en el semestre.
Cifras que impresionan y que hacen que Glenn Rickson, jefe de análisis europeo de S&P Global, cierto impulso especulativo. Si es cierto que en Europa Occidental las reservas en julio estaban en su punto más bajo de los últimos veinte años, también lo es -observa el analista citado por Politico- que incluso donde se mantienen las reservas, existe un incentivo para conservar stocks para ponerlos en el campo en invierno, cuando los precios alcanzarán niveles aún más altos”. En la práctica, un incentivo para que las empresas de servicios públicos mantengan el agua en embalses y la utilicen en el momento más conveniente.
Cambiar el valor del agua y el de la hidroeléctrica
Es el valor del agua lo que está cambiando y “esperamos que la energía hidroeléctrica desempeñe un papel diferente en el futuro”, dice Matteo Bianciotto de Asociación Internacional de Energía Hidroeléctrica (IHA). En particular, se prevé un mayor uso de los bombeos (retorno de agua a los embalses por la noche cuando el precio de la electricidad es más bajo y uso de agua durante el día cuando los precios suben). Sin embargo, será necesario invertir para adecuar las plantas o para los productores hidroeléctricos el futuro podría volverse menos halagüeño.
