La factura también viene por el turismo. El impacto del Coronavirus y el posterior bloqueo de actividades en todo el territorio nacional está teniendo efectos dramáticos en la economía con fuertes repercusiones para el sector turístico. Solo en tres meses hablamos de más de 6 millones de euros menos y aunque se acerca el frenazo de las medidas restrictivas, el camino aún es muy largo para el sector.
La actual pandemia ha paralizado por completo toda la cadena turística. Un verdadero cortocircuito de uno de los sectores clave de la economía italiana que genera el 13% del PIB nacional, según el World Travel and Tourism Council, el 15% del empleo y 17 millones de euros en el saldo positivo de la balanza comercial italiana .
Después de cancelar el mes de marzo y marcar el final prematuro de la temporada de invierno, también abril terminó fuera de juego con las vacaciones de Semana Santa por la imposibilidad de viajar, lo que provocó que no solo se desvanecieran los planes de los ciudadanos, sino también miles de millones de consumo. Esto se debe a que abril representó la reapertura de la temporada de verano, un período en el que el turismo debería haber explotado, sin embargo, muchos hoteles, restaurantes, alojamientos y agroturismos están al borde de la quiebra.
Desde el inicio de la cuarentena hasta finales de mayo cuentan más de 30 millones de turistas menos. Según los datos difundidos por Confturismo y procesados por el WTTC, las pérdidas son enormes y en el mejor de los casos estamos hablando de unos 120 millones de euros menos para 2020, congelando todos los sectores relacionados con el turismo: desde la comida y el vino, hasta las instalaciones de alojamiento, las compras, el transporte, el uso del patrimonio histórico y cultural hasta la competitividad de las empresas italianas en los mercados internacionales.
Por no hablar de los eventos cancelados o aplazados en todo el mundo, como Coachella en Los Ángeles, el festival de música más grande del mundo, o Semana Santa en Sevilla, Santa Misa de Pascua en el Vaticano, los Juegos Olímpicos de Tokio, el Europeo de Fútbol, Expo 2020 Dubái y muchos más.
Y aunque se iniciara una lenta recuperación de las actividades, las asociadas al sector turístico serían de las últimas en reabrir, con graves repercusiones también en el empleo. Por esta razón, el Manifiesto para el turismo italiano, la iniciativa propuesta por varias empresas del sector para apoyar al sector, con el hashtag #comencemos desde Italia.
Este es un llamado no solo a las instituciones, sino también a todos los ciudadanos que quieran apoyar un sector económico que es fundamental para nuestro país. Se solicita al Gobierno, acciones contundentes y necesarias para la supervivencia de empresas y trabajadores: el establecimiento de un fondo extraordinario de apoyo para todas las empresas del sector a través de préstamos sin interés o préstamos no reembolsables proporcionales a la facturación de las empresas individuales; la ampliación del fondo en derogación y la creación de bonos de vacaciones para la temporada de verano.
Crucial para el futuro, por tanto, no es solo la recuperación tras el bloqueo de actividades, sino sobre todo el rescate de todas las empresas del sector que se encuentran en grandes dificultades. Las predicciones futuras sobre cómo y cuándo tendrá lugar la Fase 2 no son fáciles de hacer, en cualquier caso, el tema de la salud seguirá siendo central.
Además, dado que el flujo de visitantes a Italia está compuesto mayoritariamente por extranjeros, no estamos desconectados de lo que ocurre en el resto del mundo y el fin de la pandemia diferirá de un país a otro.
Si en algunos países se habla de Fase 2, otros ya están listos para comenzar con una ralentización de las medidas restrictivas, otros todavía están lejos de una recuperación gradual. En cualquier caso, se trata de una fase delicada, que requiere mucha atención por parte de los Gobiernos, para no frustrar todos los esfuerzos y sacrificios realizados hasta ahora.
En Italia, entre los primeros países afectados, se ordenó la extensión de la cuarentena hasta los primeros días de mayo. Al mismo tiempo, algunos en Europa se están preparando para una relajación gradual de las medidas restrictivas. es el caso de Noruega, Dinamarca, Austria y República Checa. Este último es el primero en reabrir algunas actividades comerciales y oficinas públicas, incluso antes de las vacaciones de Semana Santa, eliminando la obligación de usar mascarilla para quienes pasean al perro o viajan en bicicleta. Los demás, en cambio, están listos para reabrir las escuelas primarias y las actividades comerciales inmediatamente después de las vacaciones.
Al contrario, en Eslovaquia, sin embargo, las medidas se están fortaleciendo. Quedan prohibidos los desplazamientos entre el 9 y el 13 de abril, salvo por motivos de necesidad como ir al trabajo, funerales familiares y problemas de salud o, como máximo, se permitan los paseos por las inmediaciones del domicilio.
En cambio, para volver a la normalidad todavía tomará mucho tiempo ed el turismo, tal como lo conocemos, cambiará radicalmente. En primer lugar, la forma de viajar, los italianos estarán orientados a moverse dentro de las fronteras nacionales, siempre cumpliendo con las medidas necesarias para evitar nuevas formas de contagio y para aquellos que tendrán la oportunidad de hacerlo.
