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Copa de Italia, Juve-Milán: final para la historia y para Europa

Los bianconeri quieren hacer historia: nunca nadie ha ganado el Scudetto y la Copa durante dos años consecutivos - Los rossoneri, en cambio, quieren salvar la temporada y entrar en la Europa League - Sobre el papel no hay partido y la Juve está los grandes favoritos pero el partido seco siempre es un enigma y todo puede pasar -60 en el Olimpico- ayer los dos equipos fueron recibidos por el Papa

Copa de Italia, Juve-Milán: final para la historia y para Europa

Quién para embellecer la temporada, quién para salvarla o al menos intentar darle sentido. Atrás quedaron los días en que Milan y Juventus desairaron la Coppa Italia, empeñados como estaban en enfrentarse en finales de muy diferente nivel. Pero 13 años después de Manchester, las cosas han cambiado definitivamente: los rossoneri y los bianconeri ya no juegan la Champions League, pero el ambiente es el de las grandes ocasiones. Ni que decir tiene que los equipos llegan a la cita romana de una manera diferente, por no decir opuesta.

. La Juve, reciente ganadora del scudetto, aspira al trofeo para mejorar aún más su temporada, mientras que el Milán, que ha regresado de un decepcionante séptimo puesto, lo anhela como el último salvavidas que queda en circulación.

Sobre el papel no parecería que hubiera un partido, pero en el fútbol, ​​ya sabes, es mejor no dar nada por sentado. “Las finales son partidos seguidos, cualquier cosa puede pasar – confirmó Allegri. – El Milan tiene la última oportunidad de entrar en Europa, nos enfrentaremos a un equipo muy diferente al del campeonato. Además este año nos ha puesto en apuros tanto en la ida como en la vuelta, será un partido muy equilibrado”.

¿Respeto al oponente o simple superstición? Un poco de ambos: al técnico de la Juventus no le gusta el papel de favorito de todos modos, consciente de que en el fútbol muchas veces el hambre marca la diferencia. Por otro lado, sin embargo, hay un Milán en su punto más bajo, recién salido de una derrota ante la Roma que ha dejado al descubierto todos sus límites técnicos y psicológicos. La semana en blanco y negro transcurrió en nombre de la serenidad, la roja y negra en cambio fue un verdadero polvorín, con Brocchi protagonista de exabruptos (más mediáticos que reales) todo menos habituales.

“Vi algo diferente en los ojos de los muchachos pero esta vez no me dejaré engañar más – pensó el entrenador. – Quiero que me demuestren fiereza y hambre de ganar en la cancha, espero que todos den el 110%. Una victoria nos daría una gran satisfacción pero no haría que nuestro camino fuera positivo, hubo problemas y no se cancelarían de golpe”.

Brocchi es consciente de la superioridad de la Juventus, pero en su corazón parece creer en el golpe. Por primera vez desde su llegada dejará de lado el 4-3-1-2 "presidencial" para pasar a un 4-3-3 más lógico y equilibrado, destinado a transformarse en 4-5-1 en la no posesión fase. Frente a Donnarumma estarán De Sciglio, Zapata, Romagnoli y Calabria, en el centro del campo la línea 3 Kucka-Montolivo-José Mauri, en apoyo del tridente ofensivo formado por Honda, Bacca y Bonaventura.

Allegri, obligado a ceder al sancionado Bonucci y a los lesionados Marchisio y Khedira, responderá con el clásico 3-5-2: Neto en la portería (en la Coppa Italia siempre le ha tocado a él), Rugani, Barzagli y Chiellini en defensa, Lichtsteiner, Asamoah, Hernanes, Pogba y Evra en el centro del campo, Dybala y Mandzukic en ataque. Los equipos, recibidos ayer por el Papa Francisco en el Vaticano, contarán con el apoyo de 60 aficionados, listos para llegar a la capital para colorear el Olímpico con sus banderas. Un escenario perfecto para una final, como hace 13 años: y no importa si hoy, en comparación con entonces, la Champions League no está en juego.

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