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Fútbol y "buceo": las 10 simulaciones más vergonzosas de la historia según Mirror. ahí está gilardino

El ranking lo elabora el tabloide británico Mirror, que sin embargo evita el habitual sermón sobre el fútbol latino: Italia, habitualmente apuntada, está representada únicamente por Gilardino para un sensacional "zambullida" en el Celtic-Milán de 2007 - El técnico está en cabeza El alemán Norbert Meier, luego Rivaldo y dos ingleses, empujaron a Argentina por el episodio Simeone-Beckham.

Fútbol y "buceo": las 10 simulaciones más vergonzosas de la historia según Mirror. ahí está gilardino

Podría haber parecido una campaña más de moralización de los maestros británicos del juego limpio, quizás dirigida a denigrar el fútbol latino y sobre todo el italiano, conocido, quizás más de lo que realmente merece, por su comportamiento antideportivo, en cambio sorprendentemente en el ranking elaborado por el Mirror en Las 10 simulaciones más vergonzosas de la historia del fútbol aparecen tres alemanes y dos ingleses, además de campeones internacionales como Rivaldo, Drogba y Cristiano Ronaldo.

Representar a Italia es el único Alberto Gilardino, cuyo descarado clavado durante el Celtic-Milan en 2007 le otorgó una puntuación que haría envidiar a Tania Cagnotto: 9.6, lo que le otorga al atacante ahora en Bolonia la séptima posición en el ranking comandado por el técnico del Duisburgo Norbert Meier quien, en 2005, abordado por el jugador del Colonia Albert Strait, fingió increíblemente recibir un cabezazo, desplomándose en el suelo con una interpretación. digno del mejor Giorgio Albertazzi.

No menos importante El patético guión de Rivaldo: en el partido contra Turquía en el Mundial 2002, además de remediar un penalti cuanto menos dudoso (pero al menos hubo un agarre, probablemente fuera del área), el brasileño se lleva las manos a la cara de forma inesperada tras recibir un balón en el muslo del 10 turco. Segundo puesto y 9.99 puntos por su "zambullida".

La categoría de "manos a la cara inexplicables", más que familiar para los que siguen el fútbol, ​​es recurrente en el top ten del Mirror: cómo olvidar, por ejemplo la simulación ganadora del Oscar del centrocampista del Barcelona Sergio Busquets en la derrota en semifinales de la Champions League ante el Inter de Mourinho en 2010. Los nerazzurri se vieron obligados a jugar casi todo el partido en 10 jugadores porque Thiago Motta movió a los blaugrana con una mano muy ligera, no nuevos en jugadas de este tipo para ser honestos (pregunten por Madrid para confirmar).

Pero como se dijo, esta vez los británicos no se limitaron a dar la lección habitual a los demás. El tercer y cuarto lugar en la clasificación deshonrosa, para episodios que en realidad son más cómicos que cualquier otra cosa, van respectivamente al entonces Steven Taylor, defensa del Newcastle, que en un partido contra el Aston Villa, tras haber cometido un claro penalti con la mano, realizó una escena digna de la película Platoon, fingiendo estar gravemente herido en la pierna tocada por quién sabe quién (está solo frente a la puerta, quizás de la bala de un Viet-Cong?); y enárbitro Paul Alcock, en Sheffield Wednesday-Arsenal 1998, cuando recién empujado por un furioso Paolo Di Canio se derrumbó al suelo, para ser honesto no simulando demasiado: voto 9.85 del muy estricto jurado del tabloide.

¿Qué tabloide, sin embargo, no deja de empacar un pequeña venganza contra los eternos rivales argentinos, como todos los sudamericanos considerados al otro lado del canal bastante dotados en la actuación (ver ahora el tratamiento reservado al uruguayo del Liverpool Luis Suárez, constantemente apuntado por la prensa y no solo por los episodios de racismo): la eliminación, en el Mundial '98 por la selección albiceleste, debió hacer mucho daño, a tal punto de ser incluido en el ranking un Diego Simeone quién le quitó el fútbol a Beckham y cómo provocó la expulsión de la estrella del Manchester United. Nada para salir lastimado, sin embargo, tanto que la caída del Cholo fue intencionada pero tampoco tan ridícula.

Sin embargo, hay una pequeña "compensación" para Argentina: en décima posición, con una puntuación relativamente mala (9.45) porque sufre la falta y es mala también, está el alemán Jurgen Klinsmann, que en aquella maldita (por los argentinos) final de Italia '90, segado por Pedro Monzón, se dejó llevar con un pique de la final olímpica del trampolín de tres metros.

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