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Apple y High-Tech: ¿es el fin de una era en la bolsa o no?

El desplome de los beneficios y la capitalización bursátil de Apple ha abierto un debate entre analistas y operadores financieros sobre el futuro de Apple pero también sobre todo el sector de alta tecnología después de una década: ¿prevalecerán las acciones de valor sobre las de crecimiento? aun no se ha dicho

Apple y High-Tech: ¿es el fin de una era en la bolsa o no?

La dictadura de la alta tecnología en las bolsas de valores llega a su fin? El fuerte descenso de Apple, tanto antes como después de la alerta de ganancias del jueves en medio de ventas inferiores a las esperadas en China, se suma a los problemas de Facebook, bajo el peso de las denuncias de violación de la privacidad de los usuarios, pero también a las de banco blando, el gigante japonés que ha ido decayendo de manera constante desde el inicio de la salida a bolsa reciente.

Así encontrar confirmación el pronóstico adelantado por Alessandro Fugnoli a FIRSTonline a principios de noviembre. “Estamos en vísperas de un cambio de temas: no descarto meses de debilidad. Pero no me preocuparía demasiado por los gigantes de Internet, siempre y cuando las ganancias se mantengan sólidas.

Pero en los mercados crece la tentación de cambiar de caballo, dando preferencia acciones de "valor" después de la caída de los últimos meses, que fueron difíciles para los bancos y para la industria, golpeada por la guerra de aranceles. Sin embargo, para contradecir esta tesis, una de las acciones de crecimiento más libres lo pensó el viernes: Netflix, un 7,3% más tras el ascenso de Goldman Sachs, pese al aire de asedio que rodea al gigante del streaming contra el que se mueven los más formidables rivales, desde Walt Disney hasta Amazon. Los compradores no se asustan ante una relación precio/beneficio que, a estos precios, ha superado el umbral de cien veces.

Mientras tanto Apple ciertamente no se detiene, a la espera de los frutos de la diplomacia comercial del odiado presidente Trump. Para reaccionar al derrumbe de la bolsa, a la baja durante doce semanas negativas sobre las últimas trece en las que la capitalización bursátil cayó a 700 mil millones de dólares desde el récord histórico de más de 1.150 mil millones alcanzado en octubre (el corresponsal de toda la capitalización de Piazza Affari Apple anunció ayer la firma de un acuerdo con Samsung para llevar sus contenidos audiovisuales a los nuevos televisores 'inteligentes' del principal fabricante de televisores del mundo. El coloso, que hasta hace unas semanas se negaba casi indignado a cualquier tipo de colaboración.

Mientras tanto, otros novatos de crecimiento están llamando a la puerta de Wall Street, sin prestar atención (por ahora) al menor atractivo de los novatos digitales. De hecho, en 2019, la oferta de acciones tecnológicas podría batir todos los récords. Pero mucho dependerá de los autos sin conductor. A finales de marzo, de hecho, los dos campeones de la movilidad autónoma, es decir Uber e lyft, deberían llamar a la puerta de la Bolsa. Y, si tiene éxito, liderar el camino para un gran grupo de empresas multimillonarias: XXL, Pinterest, Flojo, Palantir y por último pero no menos importante, Airbnb, que se acerca al Nasdaq tras desbaratar el mercado de la oferta turística.

Por lo tanto, será suficiente esperar unos meses para tener una idea precisa del equilibrio de poder entre las acciones de valor y las acciones de crecimiento en lo que promete ser una temporada desafiante. Sólo Uber se estimó, con motivo de la última ronda de financiación, en 72 millones de dólares, con el objetivo de entrar en el mercado con una recaudación de 25 millones y una valoración de 120 millones de dólares, más de lo que se valoró Facebook (105). mil millones en el momento de la cotización).

Pero lo que está en juego es aún mayor: un fracaso de ofertas podría indicar, como ya ocurrió en la temporada inicial de Internet, el ocaso momentáneo de una temporada, que duró casi una década, de ofertas digitales que han permitido a los "unicornios" recaudar más de un billón de dólares y acelerar la "disrupción ” de muchos sectores, desde finanzas hasta manufactura. Dada la importancia de lo que está en juego, hay quienes pronostican un momento de descanso, para que el hacinamiento no resulte en un fracaso. Pero, por el contrario, el riesgo de que la moda esté llegando a su fin podría empujar a los bancos de inversión a acelerar las cosas. O favorecer nuevas alianzas financieras para diluir los riesgos.

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