Los aranceles también podrían afectar a la industria vitivinícola italiana y europea. La alarma la hizo sonar el presidente de Confagricoltura Massimiliano Giansanti, luego de que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, en una reciente entrevista declarara efectivamente la guerra al vino francés, acusando a París de gravar fuertemente los vinos estadounidenses, lo que no sucede desde Washington. “La situación no es justa y tendremos que hacer algo al respecto”, amenazó el magnate, cuya eventual medida tendría sin embargo efectos sobre todas las importaciones europeas, no sólo sobre las francesas, dado que en realidad los aranceles más elevados (entre 11 y 29 céntimos por botella, frente a 5,3/ 19 céntimos impuestos por EE. UU. en las etiquetas procedentes de Europa) no se deciden en Francia sino en las normas europeas; aunque los primos al otro lado de los Alpes pagarían el precio de una guerra comercial, con Estados Unidos como primer país exportador de vinos y licores, por un valor de más de 3 millones de euros al año (el doble que Italia).
“Cualquier arancel adicional de EE. UU., dice Giansanti, no podría limitarse a Francia, pero afectaría inevitablemente a todos los vinos importados de la Unión Europea, reduciendo su competitividad en el mercado estadounidense”. Según los últimos datos de Eurostat, el servicio estadístico de la Comisión Europea, en 2017 el 32% de los vinos exportados fuera de la UE por los Estados miembros (11,3 millones de euros en total) tuvo como destino consumidores estadounidenses. “Solo podemos estar preocupados – subraya el presidente de los agricultores italianos – teniendo en cuenta que el las exportaciones de vinos italianos a los EE. UU. ascienden a unos 1,5 millones euros y son el primer rubro de nuestras exportaciones agroalimentarias en el mercado americano. Es necesario evitar que las tensiones comerciales entre EEUU y China se extiendan a la Unión Europea. Por tanto, es necesario iniciar, sin más dilación, las negociaciones bilaterales previstas en el acuerdo alcanzado en julio de 2018 por los presidentes Trump y Juncker”.
Confagricoltura también recordó que en las últimas semanas, tras un fallo de la Organización Mundial del Comercio (OMC) sobre las ayudas públicas otorgadas a Airbus, Estados Unidos elaboró una lista de productos por un valor de 11 millones de dólares, sobre los que se aplican aranceles adicionales. La lista incluye los principales productos de la agroalimentación "Made in Italy".. Por su parte, como posible medida de represalia, la Comisión de la UE ha elaborado una lista de productos importados de EE. UU. que serán objeto de aranceles adicionales por valor de 20 millones de euros. Todo lo que se necesita para disparar los aranceles estadounidenses y la reacción europea esperada es la evaluación de la OMC, prevista para julio, sobre el monto de la maniobra finalizada en Washington. “No queda mucho tiempo – concluye Giansanti – para evitar que se inicie una guerra comercial entre la Unión Europea y Estados Unidos”. Una guerra que también podría afectar a la floreciente industria vitivinícola italiana.
