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Luz verde de la asamblea de Lingotto para la fusión Fiat-Chrysler: nace FCA, con los chinos al 2%

La junta de accionistas de Fiat, la última celebrada en el Lingotto, aprueba la fusión con Chrysler – Nace FCA y la sorpresa es que el Banco Popular de China tiene el 2% – Se desconoce la salida – Sergio Marchionne: “Estamos listos para dar el salto calidad pero no nos vamos de Italia” – Elkann: “Es sólo el principio” – Los rumores de venta a Volkswagen han sido desmentidos.

Luz verde de la asamblea de Lingotto para la fusión Fiat-Chrysler: nace FCA, con los chinos al 2%

SÍ A LOS ACCIONISTAS DE FIAT-CHRYSLER. SE DESCONOCE LA RETIRADA. CHINA AL 2%. MARCHIONNE: PREPARADOS PARA EL SALTO EN CALIDAD

"Es solo el comienzo. Quien siga siendo accionista, como yo seguiré, tendrá grandes satisfacciones”. Así, tras tres horas y media de reunión, John Philip Elkann comentó el visto bueno de los accionistas a la operación de fusión que dará vida a Fiat Chrysler Automobiles. “Después de 115 años – agregó el CEO Sergio Marchionne – estamos dando un salto de época. Gracias al intenso trabajo de los últimos cinco años, ahora estamos preparados para dar el salto de calidad”.

Es con esta promesa del presidente y del consejero delegado que Fiat se trasladó ayer, poco después de las dos de la tarde, desde Lingotto, la planta construida a imagen y semejanza de la que quería Henry Ford en Baton Rouge, Michigan, para acometer su misión global en el mundo: en Ámsterdam, donde tiene su sede Fiat Finance, con la que ayer se fusionó bajo el nuevo nombre de Fiat Chrysler Automobile; en Slough, un suburbio de Londres donde (a pedido explícito de fondos estadounidenses) ha elegido domicilio fiscal en previsión de equipar la sede en la capital británica dentro del año; en Wall Street, donde el grupo espera recaudar parte de los recursos necesarios para dar el "salto cualitativo".

Es decir, en cifras, multiplicar por cinco las ganancias para 2018, subir las ventas un 60 por ciento a siete millones de vehículos, suficiente para convertir a Fiat Chrysler en la quinta potencia automovilística mundial. 551,8 millones de acciones votaron a favor de la fusión, el 84,24% del capital presente contra 100,1 millones (15,28%) mientras que los accionistas con 3 millones de acciones se abstuvieron, igual a 0,45%. El capital presente equivalía al 52,44% del total, entre los que destaca el nuevo 2% controlado por el Banco Popular de China, el banco central de Pekín que también posee las participaciones accionarias en Enel y Eni que ocupa el quinto lugar entre los accionistas de la nueva FCA detrás de Exor (30,055% más 2,76% en autocartera), Baillie Gifford &Co. (2,64%), Norges Bank y Vanguard International, ambos ligeramente por encima del 2%. 

Sin embargo, el resultado de la votación no cierra el juego de la fusión. En Piazza Affari, la acción cayó un 0,80% a 7 euros, por debajo del valor de retiro esperado (185 euros por acción). Un umbral importante porque, como ha reiterado Marchionne en reiteradas ocasiones, la fusión no será válida si se ejerce el derecho de separación por un valor superior a 7,727 millones de euros, o por más de 500 millones de acciones. Pero si todos los accionistas que votaron en contra pidieran la retirada, el umbral se superaría ampliamente con un valor superior a los 64 millones. "No lo veríamos como un fracaso - comentó filosóficamente el director general de jersey negro - esperaríamos y volveríamos a proponer la fusión en unos meses o un año".  

Pero la votación de hoy, si no hay obstáculos, permitirá que Fiat desembarque en Wall Street a mediados de octubre. Para esa fecha, la preparación de las líneas debería comenzar en Mirafiori, para el SUV Maserati Levante, y en Cassino para el nuevo Alfa Giulia, prueba tangible de la voluntad de invertir en Italia. Como reiteraron ayer en varias ocasiones el presidente y el consejero delegado del grupo. John Philip Elkann, en particular, también quiso asegurar a los accionistas su deseo de permanecer fieles a Fiat y al mundo de las cuatro ruedas, contrariamente a lo que afirma el diario económico alemán Handlesblatt, según el cual al sobrino del abogado le gustaría vender a Volkswagen porque es escéptico sobre el futuro del automóvil. Nada menos cierto, asegura el líder del clan Agnelli. “He leído en algunos periódicos estos días –dijo Elkann– que mi familia estaría “cansada” y agradecería una desvinculación para dedicarse a actividades menos fatigosas o menos arriesgadas. Aquí hoy quiero reafirmar mi compromiso personal y el de mi familia de seguir apoyando a FCA”.

“No nos vamos de Italia”, reiteró secamente Marchionne. “Estar en el mundo no significa volverse indiferente a los contextos locales, es decir, a los diferentes lugares donde opera FCA. En Italia, donde comenzó nuestra historia y donde queremos seguir siendo protagonistas activos, y también en el mundo", subrayó, sin embargo, y añadió que "ya no podemos permitirnos el lujo de mirar nuestras actividades reduciendo la perspectiva a fronteras históricas o domicilios legales". Pero se mantiene la promesa de traer de vuelta a todos los empleados a la fábrica en Italia". Sin ayudas del Estado porque, en cuanto a incentivos, Marchionne trunca: “Espero que la ministra Lupi no lo haga. Me gustaría que se eliminaran por completo, drogan el mercado, cambian la dinámica. Tenemos que dejar que el mercado vaya como debe ir”. Mientras tanto, Elkann sonríe. A partir de ahora, gracias a la reforma de gobierno que permite la ley holandesa, el 30% de Exor valdrá el 46% en la votación. Y para controlar la mayoría absoluta le bastará el 25,1%. No está mal, siempre y cuando la retirada no sea una mala broma. 

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