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Una exposición para conmemorar la gran inundación de Polesine 1951-2021

Se inaugura la exposición «La gran inundación», comisariada por Francesco Jori, prevista en Rovigo en el Palazzo Roncale del 23 de octubre de 2021 al 30 de enero de 2022

Una exposición para conmemorar la gran inundación de Polesine 1951-2021



Una exposición que pretende sobre todo centrarse en cómo esa tragedia tiene repercusiones hoy en el tejido físico, social y económico de Polesine. Tratando de indagar “qué”, además de recuerdos, dolores, tragedias personales y sociales, deriva hoy -70 años después- de aquel Diluvio.
Era el 14 de noviembre de 1951 cuando entre Canaro y Occhiobello el Po se rompió y abrió una brecha de más de doscientos metros. Era el comienzo de la tragedia de Polesine. La mitad de la provincia de Rovigo se vio sumergida por aguas fangosas sobre las que flotan cadáveres de animales y que el poder del Gran Río había arrancado de casas y suelos. Este desastre natural sin precedentes provocó la muerte de un centenar y obligó al éxodo de 180.000 personas.

Un desastre que "bloqueó" un territorio pero que orgullosamente, gracias también a las pensiones estatales para las zonas desfavorecidas y la ayuda de muchos italianos y no solo, tuvo la fuerza para recuperarse, permaneciendo ajeno a la explosión industrial que a partir de la década de XNUMX cambió el cara de otras provincias del Véneto - dice el presidente Muraro. 
“A falta de un desarrollo real del sector industrial”, señala el comisario de la exposición Francesco Jori, “la Polesine se ha centrado en el agrícola, recalificándolo y recalificándolo, desde el arroz hasta la horticultura. Un territorio que ha hecho de un Delta abandonado y enemigo, tierra de malaria primero y de pelagra después, uno de los humedales más codiciados e importantes de Europa, reconocido por la Unesco como Patrimonio de la Biosfera. Que además ha sabido calificar el patrimonio de su mar, con cultivo de mejillón y piscicultura de excelencia. Que a partir de esa tragedia se vio impulsado a respetar, proteger y valorar su entorno. Y que ha vuelto a mirar la globalización, recordando que durante un milenio, cuando Adria dio nombre a un mar, fue uno de los puntos de encuentro de las redes comerciales del mundo.
En estos 70 años ciertamente ha habido distorsiones y errores, fruto fisiológico de los tiempos y de la legítima necesidad de trabajo y bienestar. Pero en su conjunto este territorio constituye hoy un patrimonio ambiental y humano perdido en otros lugares. Una herencia que hoy permite a Polesine seguir proyectando un futuro de calidad”.

Imagen de portada: Un reportero gráfico con su cámara camina en el agua durante la inundación en el campo de Polesine; detrás de él en la distancia un operador con una cámara, 17 de noviembre de 1951 ©Archivio Publifoto Intesa Sanpaolo

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