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S&P confirma la calificación BBB de Italia pero recorta su perspectiva

La agencia estadounidense S&P, a diferencia de Moody'sm, confirma el rating BBB de Italia pero recorta el outling, que pasa a ser negativo y que podría presagiar una posterior rebaja que tendría efectos muy graves en los mercados al presidente del BCE, Mario Draghi.

S&P confirma la calificación BBB de Italia pero recorta su perspectiva

De momento, S&P, la agencia privada americana que califica la sostenibilidad de varios países, confirma y no rebaja el rating BBB de Italia, como se temía y como había hecho la agencia Moody's en los últimos días, sino que recorta la perspectiva, que pasa a ser negativa, y que podría presagiar un futuro recorte de calificación.

Este es el esperado veredicto de Italia por el efecto inmediato que la calificación puede tener sobre sus bonos del gobierno y sobre la sostenibilidad de su deuda pública. Por lo tanto, S&P difiere del juicio de Moody's, que colocó los bonos del gobierno italiano solo un escalón por encima de los bonos basura. S&P, por otro lado, coloca los bonos del gobierno italiano dos escalones por encima del grado de no inversión.

Un suspiro de alivio, por tanto, para los bonos del Estado y para la deuda pública italiana, incluso si el futuro sigue lleno de nubes, sobre todo porque el Gobierno no parece dispuesto a aceptar las recomendaciones de la Comisión Europea y no quiere tener en cuenta -al menos por ahora- la idea de corregir la maniobra presupuestaria reduciendo su impacto en el déficit público y la deuda.

De hecho, el panorama atribuido a Italia por S&P depende precisamente -dice la agencia estadounidense- de la ausencia de reformas estructurales en la acción del Gobierno, del aumento de la deuda y del riesgo de que la superación parcial de la ley Fornero haga estallar la equilibrio del sistema de pensiones.

Ante el impasse en el que se encuentra el gobierno, el viceprimer ministro de Grillino Luigi Di Maio ha agravado aventureramente la situación a los ojos de Europa y del mercado con un ataque sin precedentes contra el presidente del BCE, Mario Draghi -el hombre que salvó al 'euro- acusándolo de envenenar el clima por haber argumentado que el caso de Italia crea incertidumbre en Europa como el Brexit. No fue difícil para el presidente del BCE responder recordando a Di Maio que la tarea del banco central es ser independiente de los gobiernos y estados y no ayudar a aquellos que se ponen en dificultades con políticas económicas erráticas.

Di Maio pretende olvidar el valor de la independencia del BCE, pero su torpe intento de encontrar siempre un enemigo y de trasladar a otros la responsabilidad de sus propios fracasos políticos y los del Gobierno al que apoya puede hacer mucho daño a Italia, cuya credibilidad internacional y en los mercados se desmorona cada día más.

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