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Sentido de Estado, patrimonio, dimisión del presidente del Gobierno: hoy España tiene más credibilidad que Italia

La crisis también golpea duramente a España, pero Madrid tiene más credibilidad que Roma: así lo demuestra la difusión pero también la dimisión de Zapatero y el vuelco político -Es el sentido del Estado el que marca la diferencia- Tras el equilibrio presupuestario en la Constitución, Madrid también ha puesto en marcha la capital.

Sentido de Estado, patrimonio, dimisión del presidente del Gobierno: hoy España tiene más credibilidad que Italia

Emma Marcegaglia tiene razón: España es económicamente más pequeña que nosotros, internacionalmente menos poderosa, pero tiene más credibilidad. Nosotros tenemos 60 millones de habitantes, ellos tienen 40, nuestra economía es una vez y media la de ellos, estamos en el G8, los han invitado al G20, pero nuestra imagen está en su punto más bajo. Culpa a la mafia, a la Camorra, a la 'Ndrangheta. Pero no solo.

No tenemos suficiente infraestructura, nuestro marco legal carece de certeza. Somos un país de conflicto, cerrado en sí mismo donde los intereses del individuo prevalecen sobre los de la comunidad. Y luego está la evasión fiscal generalizada, somos incapaces de reaccionar y crecer, además de que falta el sentido del Estado.

Ese sentido de Estado que llevó a Zapatero a dimitir y adelantar seis meses las elecciones políticas, a diferencia de nuestro Gobierno que sigue al mando, a pesar de que los mercados exigen una renovación profunda de nuestro país: a todos los niveles. Pero es también ese sentido del bien de la patria el que llevó a España a incluir en la Constitución un presupuesto equilibrado en un tiempo récord, gracias al acuerdo bipartidista entre socialistas y oposición. Y justo ayer se anunció la llegada de los bienes.

No es casualidad, además, que el diferencial entre el bund alemán y los bonos italianos haya superado en las últimas semanas el diferencial español récord, que navega en mejores aguas: una señal de que España, a pesar de todos sus problemas, goza de más confianza entre los acreedores. (hoy, anuncia el Banco Central Ibérico, la deuda española se sitúa en el 65,2% del PIB, un claro aumento respecto a hace un año, pero muy por debajo de la media de los países de Eurolandia, un 85%).

Al fin y al cabo, el adelantamiento de España a Italia no radica tanto en el PIB per cápita (ocurrió hace ahora cinco años), como en la capacidad de reacción de un país que, a pesar de estar de rodillas por la crisis (el paro supera el 20 % de la población activa), ha conservado la sonrisa y mira al futuro con serenidad. Digamos que es un país todavía impregnado de esperanza. De la confianza y la voluntad de reaccionar.

Un país que nunca ha bajado la guardia, compacto y orgulloso de poder hacerlo bien en el mundo, gracias a las reformas estructurales iniciadas en los últimos meses, pero también a los importantes recursos que provienen de América Latina. Una nación que mira hacia delante, segura de que la alternancia de gobierno (la derecha debería volver a sentarse en la Moncloa) traerá nuevos beneficios.

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