El anuncio oficial se esperaba desde hace horas y el ahora exsecretario del Partido Demócrata lo dio poco antes de las 18.30 horas: dato los resultados inequívocos de las elecciones, Matteo Renzi ya no es el secretario del PD. La renuncia se produjo durante la conferencia de prensa celebrada a última hora de la tarde en la sede del Pd en Largo del Nazareno en Roma, durante la cual Renzi, sin embargo, también dijo que la fase del Congreso para el nombramiento del nuevo secretario solo tendrá lugar "después de la formación de la nuevo gobierno”, en el que el ex primer ministro también dejaba claro que no quería participar de ninguna manera: “Si es cierto que somos corruptos e impresentables, nuestro papel en el próximo gobierno será solo de oposición. No seremos la muleta de nadie, no participaremos de un gobierno con fuerzas antisistema. Sin líos sino con responsabilidad”.
Sin embargo, Renzi no se "limitará" a ser senador, elegido en su Florencia natal con el 44,16% de los votos, veinte más que el candidato de la Lega Alberto Bagnai, porque pretende liderar la fase que conducirá a su propia sucesión que terminará dentro de unos meses con el congreso del partido pero que no podrá obviar las Primarias: "El próximo secretario no debe ser elegido por una chimenea", dijo el exsecretario del Partido Demócrata, que pasará a ocupar un escaño en el mismo Senado que hace dos años propuso abolir con la reforma constitucional.
Renzi comenzó la rueda de prensa agradeciendo a todos por su compromiso y "por los resultados extraordinarios alcanzados por el último gobierno", pero reconociendo la derrota sin peros: "Estamos orgullosos de los resultados de nuestro gobierno, ahora entregamos las llaves convencidos de que hemos contribuido a hacer un país mejor. Pero la derrota fue clara y clara”, precisó para evitar malentendidos. Al explicar la derrota, el ahora exlíder de centroizquierda admitió su culpa, pero también atribuyó indirectamente al presidente Mattarella que no había aprovechado las ventanas electorales de 2017, cuando había soplado un viento europeísta a favor de Macron y Merkel ( y contra los antieuropeístas en Holanda): “Deberíamos haber votado en ese momento, cuando estaba en juego el sentido de pertenencia a Europa”.
Una oportunidad perdida, como la del referéndum del año anterior, una verdadera encrucijada desde la que se inició la caída del consenso hacia Renzi, quien sin embargo aún reivindicaba esa elección: "Si los que ganaron hoy hubieran votado Sí en el referéndum, ahora ellos podrian gobernar el pais gracias al nuevo sistema institucional que habíamos propuesto”. Por tanto: nada de descalabros internos y externos, nada de hogueras, nada de apoyo directo o indirecto a los gobiernos de los extremistas.
Pero sobre el momento y los métodos de la renuncia de Renzi ya hay un choque abierto en el Partido Demócrata con la fronda que se refiere a Franceschini y quizás al mismo Gentiloni en cierta sintonía con el Quirinale dispuesto a dar batalla.
