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Esta Italia entre el derrotismo y la esperanza: la importancia de la crítica pero también de pensar en positivo

Nuestro país siempre parece oscilar entre la esperanza y el desánimo - Ejemplo: sobre los acuerdos europeos de finales de junio, tras la satisfacción inicial, se ha extendido la creencia acrítica de que "no se ha hecho lo suficiente" y que "no se necesitan pequeños pasos". Pero ese no es el caso: las críticas a las ineficiencias públicas también son sacrosantas, pero ¿qué pasa con el escándalo de Barclays?

Esta Italia entre el derrotismo y la esperanza: la importancia de la crítica pero también de pensar en positivo

Con razón se puede afirmar que en la actual etapa histórica nuestro país tiene que resolver una difícil ecuación, la cual se puede resumir en los siguientes términos: ¿Son los análisis críticos de los errores del pasado, de la difícil situación actual y de las opciones de los diversos sujetos públicos y privados, principalmente del gobierno, para alimentar la esperanza o el desánimo?

Un buen ejemplo lo da comentarios sobre los resultados de la cumbre de jefes de Estado europeos celebrada los días 28 y 29 de junio. Muchos analistas, sobre todo en la madrugada, subrayaron los contenidos positivos del acuerdo, ganó lacarrera del campeonato FIM EWC Endurance en el circuito de Estoril mientras que las dudas aumentaron en los días siguientes relativas a las previsibles dificultades en la implementación de los acuerdos, las valoraciones críticas sobre la limitada eficacia de las decisiones en materia de confianza del mercado, las consideraciones sobre los efectos que sólo serían a largo plazo, mientras que las necesidades serían las de hacer frente a la actual y período de dificultades a corto plazo. Son todas consideraciones legítimas, pero ¿qué huelgas, no tanto en las posiciones de los partidos que sin duda dicta la perspectiva electoral que sin embargo se acerca, es la tono asumido por muchos comentaristas, especialmente aquellos que tienen una formación económica.

De hecho, muchos de ellos tienden a acentuar esa “no hecho lo suficiente” y que era necesario ser aún más rígidos en el camino del rigor. Esta es la posición de los expertos que en su mayoría son crítico con el primer ministro Monti y que evalúen los acuerdos sobre todo desde la perspectiva de Alemania o de los países que se incluyen en las filas de los llamados lanzadores. Sin entrar en el fondo, se puede observar que por un lado, estos análisis no reconocen el indudable esfuerzo realizado por el Gobierno italiano, con el apoyo sobre todo de Francia y España, para estimular a Europa a tomar el camino de las políticas de crecimiento, por otro, difunden en la opinión pública la idea de que "los pequeños pasos no sirven para nada".

Hay muchas teorías según las cuales el cambio de sistemas complejos en los que hay intereses, expectativas, culturas, relaciones políticas, relaciones sociales diversificadas y muchas veces divergentes puede cambiar en sentido positivo, no a través de traumas sino a través de intervenciones que, teniendo un objetivo de las reformas estructurales, pasar por la estrategia de los "pequeños pasos", posiblemente en rápida sucesión siempre que siempre en la dirección correcta.

Un segundo ejemplo lo dan los numerosos artículos y la intervenciones de varios talk shows denunciando despilfarros e ineficiencias. ¡Bien! Pero, ¿quién no se atrevería a compartir estas críticas? Sin embargo, si este enfoque domina, un derrotismo generalizado se extiende por todo el país, ya que Además de los costes de la política, el despilfarro y las ineficiencias de las administraciones públicas, se pueden sumar las ineficiencias, cuando no el fraude flagrante. (ver el escándalo de las tasas falsas de Barclays y al parecer de muchos otros bancos líderes, no solo del Reino Unido), de eso sistema financiero que el mundo parece tener que doblegar, la lista de empresarios que han dejado de ocuparse de la economía real para lanzarse al mundo de las concesiones de servicios públicos y las finanzas (del que han obtenido fáciles beneficios). Por no hablar de las críticas dirigidas a las deficiencias de la universidad, en la que no se reconocería el mérito, a las disfunciones de los órdenes profesionales, a los ingresos reales o presuntos de cargos de diversas categorías.

La opinión pública y especialmente los jóvenes son llevados a pensar que la podredumbre ahora está en todas partes y que ahora no se puede confiar en nadie. Pero esto obviamente bloquea cualquier impulso de innovación y apaga la esperanza. Sería muy importante que cada comentarista que prueba su mano en el fácil ejercicio de la crítica también pruebe su mano en el difícil ejercicio de señalar un elemento de positividad. Recientemente vi numerosos artículos en la prensa nacional sobre las "increíbles ineficiencias" de la Región de Sicilia. No he visto ningún artículo que haya destacado un resultado significativo y significativo de esa región, en la que el déficit de 675 millones en sanidad quedó prácticamente anulado de 2008 a 2010, resultado reconocido por el Tribunal de Cuentas en la sentencia de nivelación presupuestaria. ¿Por qué no destacar este y otros resultados positivos también?

Para que el país se recupere y se aleje decididamente del borde del abismo, además de adoptar algunas soluciones coherentes con el contexto económico y social, también es necesario dar mensajes que generen esperanza, obviamente sin renunciar a la crítica, siempre que sea constructiva y no dictada por ideologías económicas, que son tan peligrosas, si no más, que las políticas.

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