Abandonar el mantra de "lo pequeño es bello" con la consiguiente subestimación del grave obstáculo que el enanismo de las empresas italianas supone para la potencial y esperada recuperación de la economía italiana estancada desde hace más de veinte años, es una reflexión que es necesario dar espacio a una evaluación inmediata a favor de las políticas económicas no solo tiene como objetivo apoyar la demanda interna, tal como parece prevalecer del incesante coro de preguntas.
Es necesario acompañar tales interrogantes con consideraciones de política industrial sobre las condiciones de suministro de productos y servicios ante lo que podría ser una disrupción continua de la cadena de valor a nivel de todo el planeta. Piden más inversión pública para fortalecer la demanda interna, pero se olvidan los cuellos de botella en la producción por el lado de la oferta de bienes y servicios. Lamentablemente, las plantas industriales del caucho no están preparadas para adaptarse rápidamente a la satisfacción de la demanda interna que pretendemos apoyar y fortalecer. Pero la obstinada búsqueda de "lo pequeño es hermoso" no lo permite.
El redescubrimiento de la política industrial, abandonando el otro mantra que es el anuncio de mercado Dirigir la economía hacia el pleno empleo. factores de producción (algo conocido desde la época de Keynes y Kalechy) también debe conducir a medidas encaminadas a favorecer el crecimiento de tamaño de las pequeñas empresas hacia las medianas y de las medianas hacia las grandes, que ahora han desaparecido por completo de la panorama de la economía italiana.
Nuevos instrumentos fiscales y crediticios podrían fomentar las fusiones corporativas entre empresas del mismo sector productivo, contienen las extendidas sociedades holding familiares y el relativo cluster de empresas con escaso capital y dependientes del crédito bancario,
Pero el redescubrimiento de la política industrial es la ocasión para el abandono progresivo de las intervenciones pluviales con cargo al presupuesto estatal, para una política fiscal selectiva que ayude al crecimiento tamaño de las empresas y su capacidad para operar también en el campo de la investigación científica y la innovación de productos. Condición necesaria para evitar el riesgo de mercado asociado a la inevitable obsolescencia de las organizaciones de productos y servicios y procesos.
Finalmente el redescubrimiento cultural de la planificación económica podría ser un reto que la clase política debería afrontar no sólo a nivel doméstico sino para imponerlo a la Unión Europea en clave antisoberana.
París