En Italia, la necesidad de equilibrar las cuentas públicas se desarrolla con distinta intensidad en las distintas partidas de gasto. En algunos casos, los recortes golpean con mayor fuerza precisamente a aquellos sectores que, dada su importancia para favorecer el desarrollo de la economía, deberían, por el contrario, haberse beneficiado de una mayor atención.
Entre 2007 y 2011, el gasto total per cápita de las administraciones públicas italianas neto de intereses de la deuda aumentó casi un 5%. En el mismo período, el gasto per cápita en educación, con referencia a la población de 0 a 29 años, disminuyó un 5,5%.
Se gastan en educación. cada año 3.700 euros para cada ciudadano de 0 a 29 años. En Alemania asciende a 4.400, en Francia a 5.000, en Bélgica a 5.800, hasta casi 9.400 en Dinamarca. El único país con un valor inferior a Italia es España con algo menos de 3.400 euros.
Sin embargo, la escasa inversión en formación no solo preocupa a las administraciones públicas, sino que también afecta a los presupuestos familiares. En 2012, los hogares gastaron 9,4 millones de euros en educación, destinando a este capítulo menos del 1% de su consumo total.
Cada año, una familia italiana gasta más de 800 euros en el sector de las comunicaciones, mientras que destina a la educación menos de 400. Las estadísticas sobre ingresos fiscales también nos dicen que en 2012 la recaudación del lote ascendió a más de 6 mil millones de euros, más del 65% de la cantidad que las familias han decidido destinar a la educación.