Una noticia no especialmente buena para la economía italiana llega del centro de estudios Prometeia, que rebaja sus estimaciones del PIB italiano en 2018 en 0,2 puntos porcentuales, llevándolo desde el +1,4%, en línea con la previsión del +1,5% del Tesoro y la UE , a un más modesto +1,2%. La menor contribución de las exportaciones pesa sobre la previsión, también por la guerra de los aranceles comerciales, pero también por la incertidumbre sobre la actividad de un gobierno que finalmente se formó, pero que aún no puede garantizar la implementación concreta de las medidas económicas indicadas en el programa de gobierno. Prometeia también ha rebajado sus previsiones para 2019, del +1,3 al +1,2%.
“Italia – comenta el centro de investigación boloñés – ha superado la fase aguda de incertidumbre política pero su posición sigue siendo precaria. Desde el punto de vista económico, el cambio de fase cíclica y de las condiciones internacionales nos lleva a preguntarnos si estamos ante un punto de inflexión tras 15 trimestres de crecimiento”. En cuanto a los bonos del gobierno, Prometeia cree que "el diferencial difícilmente volverá a los niveles de principios de año y, de hecho, tenderá a aumentar nuevamente en los meses de otoño, durante la definición de las políticas presupuestarias para los próximos años y en correspondencia con la reducción del monto adicional de valores adquiridos por el BCE. Esto da como resultado una previsión de diferencial Btp/Bund a diez años de 280 puntos básicos a finales de 2018.
La incertidumbre sobre la implementación concreta del programa de gobierno también conducirá a una mayor gasto de intereses de 2 millones de euros en 2019 y 3 millones en 2020. Y aunque el programa finalmente se implementara, ni siquiera sería una buena noticia: Prometeia también ha estimado que el "impuesto único", como se planteó como hipótesis, corre el riesgo de ser decididamente regresivo, con más del 68% del ahorro fiscal total beneficiando a las clases más ricas. En cuanto a los aranceles, son malas noticias no solo para Italia sino para todo el comercio mundial, que en consecuencia se ralentizará.
Sin embargo, según Prometeia, el daño debería limitarse solo a algunos países y sectores: de hecho, las previsiones del PIB mundial para 2018 (del 3,7% al 3,9%) y 2019 (del 3,4% al 3,5%). Sobre todo, será precisamente para EE. UU. para quien las tarifas serán menos ventajosas: una simulación ha demostrado que la suma de las contramedidas de los socios haría que la guerra comercial fuera mucho más onerosa para la economía estadounidense (efecto sobre el PIB real hasta un 1,4% anual) que para los demás países.
