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Marcador de avances: Milan despeja con facilidad al Génova y conquista la primacía (si la Juve se lo permite)

LAS BOLETINES DEL CAMPEONATO - Los rossoneri vencen en Marassi con una facilidad increíble (2-0) y conquistan el liderato provisional de la Serie A - Incidencias entre la afición - Ibra decisivo - Choque de larga distancia con la Juve

MILÁN, UNA VICTORIA QUE VALE EL RÉCORD (PERMITE LA JUVE).
LOS ROSSONERI LIMPIAN GÉNOVA CON UNA FACILIDAD DE ARMA.
¡ACCIDENTES ENTRE AFICIÓN ANTES DEL PARTIDO, UN POLICÍA EN EL HOSPITAL!

PUNTUACIÓN: 7

De un 22 a otro. La última vez que el Milan había ganado al rossoblù Genoa, el gran protagonista había sido Kakà, que había marcado dos veces. Ayer por la noche, la marca de la victoria del AC Milan la puso Nocerino, que no contará para el brasileño pero lleva el mismo número (mágico) sobre sus hombros. Estábamos pensando en un juego más equilibrado, pero no había historia. El Milan dominó el partido de principio a fin, y si tardó casi una hora en desbloquearlo fue sobre todo culpa de la imprecisión de algunos de sus jugadores. Situación ya vista en Florencia, pero esta vez, por suerte para los campeones italianos, Kaladze, el ex historiador de la carrera, se encargó de ello a su pesar. El georgiano cometió una falta flagrante sobre Ibrahimovic, que se saldó con un penal sacrosanto (convertido fríamente por Ibrahimovic). Pero la mayor "falla" de Kaladze fue la de ser expulsado, dejando al Génova con 10 hombres. Y si ya era difícil en el 11, menos con uno menos. Tras el penalti de Ibrahimovic, el Milan congeló el partido y si el gol del doblete llegó solo en la final (con Nocerino de hecho) la responsabilidad es de Robinho, que logró fallar otro gol a puerta vacía. Es correcto regañar al brasileño por otro error de mal gusto, pero también es correcto elogiarlo por el pase en profundidad que le dio a Ibrahimovic, que resultó en el penalti. A los ojos de la afición muchas veces solo hay goles y errores (de los que Robinho es el maestro indiscutible), pero no hay que olvidar la carga de trabajo del brasileño, que permite que el equipo rinda al máximo.

La victoria de Marassi es la séptima en los últimos ocho partidos ligueros, la cuarta seguida sin encajar un gol. Este Milán tiene el mejor ataque de la Serie A (29 goles marcados, 7 más que la Juventus) y ahora que se va cerrando, la defensa también parece cada vez más fuerte. Los goles encajados son 14 (contra los 10 de la Juve), todos recogidos en las 10 primeras jornadas. En resumen, los números están del lado de los campeones italianos, aunque Allegri prefiere mantener el tono bajo y exaltar a la Vieja: "Mientras tanto, estamos un par de días adelante, luego veremos qué La Juve servirá, pero para nosotros era importante ganar en Génova, lo que queremos es llegar a Navidad en una buena posición en la clasificación o en todo caso cerca de los primeros. La Juve es favorita contra nosotros, Lazio o Udinese, además, cuando un equipo no pierde en todos estos días, significa que puede aspirar al campeonato”.

Independientemente del respeto por sus rivales, Allegri se mostró muy satisfecho con el momento de su equipo: “Estamos jugando mucho mejor, llevamos 4 partidos sin recibir goles, que es lo principal. Estamos mejor físicamente, pero tenemos que mejorar más para manejar bien el balón durante los 90 minutos".

La única nota negativa de la velada, los rifirrafes entre ultras y policías que obligaron al árbitro Celi a suspender el partido durante unos diez minutos. Todo sucedió alrededor de las 20.45, cerca del partido: los autocares que transportaban a los fanáticos del Milán fueron recibidos por un fuerte lanzamiento de bombas de humo (pero también piedras, barras y palos) por parte de los ultras de Génova, y solo la intervención de las fuerzas del orden ( forzados a encender gases lacrimógenos) impidieron que las cosas se intensificaran. Sin embargo, los gases lacrimógenos hicieron irrespirable el aire, tanto que el árbitro tuvo que suspender el encuentro.

¿Resultado? Un policía herido (golpeado en la cara por una piedra) que fue trasladado de inmediato al hospital. Episodio lamentable, pero nada comparado con lo ocurrido el 29 de enero de 1995, cuando, ante el Génova - Milán, Vincenzo Spagnolo, hincha rossoblù, perdió la vida y fue apuñalado. Han pasado casi 17 años desde entonces, lo suficiente como para cambiar la historia del mundo, pero evidentemente aún no lo suficiente como para que Génova - Milán vuelvan a ser un partido de fútbol normal.

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