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Código abierto cada vez más sexy: he aquí por qué

En un mercado competitivo, el espacio colaborativo de código abierto puede parecer una herejía, pero la realidad es diferente y el software de código abierto ha sido un éxito sorprendente con grandes beneficios para los consumidores.

Código abierto cada vez más sexy: he aquí por qué

El modelo colaborativo de código abierto 

En una economía de mercado, donde la competencia juega un papel decisivo, el espacio colaborativo de código abierto puede parecer una herejía. Como la mayoría de los productos, el software de computadora, desde los videojuegos hasta los sistemas operativos, se desarrolla con la más estricta confidencialidad, lejos de las miradas indiscretas de los competidores. Luego se vende a los consumidores como producto terminado. 

El software de código abierto, que tiene sus raíces en el clima colaborativo típico de los albores de la industria informática, se basa en un enfoque opuesto al del software comercial. El código es público y cualquiera es libre de tomarlo, modificarlo, compartirlo, realizar mejoras y agregar nuevas funciones. 

El código abierto ha sido un éxito sorprendente. De hecho, el software de código abierto ahora se utiliza en más de la mitad de los sitios web del mundo. En forma de Android está presente en más del 80% de los smartphones. Algunos gobiernos, incluidos Alemania y Brasil, obligan a los gobiernos a utilizar software de dominio público. Una elección que reduce su dependencia de las grandes multinacionales del software. 

En particular, el personal de ciberseguridad aprecia la capacidad de inspeccionar, en detalle, el código fuente de los productos que están utilizando. 

El código abierto moviliza recursos económicos 

El modelo de código abierto es perfectamente compatible con los objetivos de una empresa comercial. En julio, IBM pagó 34 millones de dólares para comprar Red Hat, una casa de software estadounidense que ha desarrollado un sistema operativo gratuito de código abierto. Red Hat construyó su negocio proporcionando software auxiliar y soporte técnico y de capacitación a los usuarios del sistema. 

Ahora el modelo de dominio público se está extendiendo en el campo de los chips. La Universidad de California, Berkeley, desarrolló la arquitectura RISC-V hace una década. Es un conjunto de tecnologías de código abierto para microchips. 

Lo mismo están haciendo, ahora mismo, muchas grandes empresas tecnológicas de Silicon Valley, como Google, Nvidia y Qualcomm. En agosto, IBM abrió el código fuente de sus diseños para sus microprocesadores Power. Estos movimientos son importantes y grandiosos, por dos razones. 

El aspecto económico 

El primero es barato. El negocio de los chips está muy concentrado. RISC-V compite con el diseño de código cerrado de Arm, una empresa de Cambridge (Reino Unido), ahora propiedad de la institución financiera japonesa Softbank. La arquitectura Arm tiene el monopolio del mercado de chips para tabletas y teléfonos inteligentes. También es dominante en el sector de rápido crecimiento de "Internet de las cosas". IBM, con sus microprocesadores Power, desafiará la supremacía de Intel en las computadoras de escritorio y los sistemas de centros de datos. La feroz competencia que se está gestando podría hacer bajar los precios y acelerar la innovación. 

El aspecto geopolítico 

La segunda razón es la geopolítica. Estados Unidos y China están inmersos en una especie de Guerra Fría tecnológica. Este estado de cosas amenaza con dañar el sector de las TIC que se ha vuelto completamente globalizado. El modelo de código abierto, si se adopta ampliamente, podría ayudar a calmar estas tensiones, dando satisfacción a ambas partes. 

Los componentes de código abierto se basan en una cadena de suministro alternativa a la puramente comercial. Una cadena de suministro menos sujeta al control de un solo país. 

Los ejemplos chino e indio 

Alibaba, el gigante chino del comercio electrónico, ya ha desarrollado un chip RISC-V de aprendizaje automático. 

Xiaomi, un fabricante de teléfonos inteligentes y otros dispositivos de consumo, planea usar chips RISC-V en sus pulseras de actividad física. 

Si Android no fuera de código abierto, Huawei estaría en un agujero aún más oscuro de lo que es ahora. 

Otros países también se ven afectados. El Gobierno de la India ha invertido en el desarrollo de RISC-V. También está ansioso por desarrollar un ecosistema tecnológico lo antes posible que minimice la dependencia de otros países. 

En un esfuerzo por tranquilizar a las empresas que utilizan su propia tecnología, la Fundación RISC-V se mudará de Estados Unidos a la neutral Suiza. 

El código abierto y la amenaza china 

Muchos en Occidente ven el ascenso de China como una gran potencia tecnológica como un problema. La principal preocupación es que la tecnología china pueda convertirse en un caballo de Troya. Es decir, la herramienta de una dictadura represiva para robar secretos o, peor aún, para sabotear naciones cada vez más dependientes de las computadoras en red. 

Una vez más, las tecnologías de código abierto pueden comenzar a cambiar el panorama general. La mayoría de los productos chinos son "cajas negras" cerradas que contienen software y hardware cuyos mecanismos internos no son accesibles ni conocibles. 

La ventaja del consumidor 

Especialmente para el software, y hasta cierto punto también para el hardware, un modelo de código abierto daría a los compradores la capacidad de comparar lo que obtuvieron con lo que se les prometió. Su confianza depende de cuán verificable sea esta ecuación. 

La guerra tecnológica es un campo de batalla por la supremacía mundial entre una superpotencia hegemónica y otra que aspira a ser hegemónica. 

Una guerra declarada sería enormemente costosa y obligaría a la mayoría de los países a ponerse del lado de un bando o del otro. El modelo de código abierto puede ayudar a calmar las cosas. 

Sería bueno para todos. 

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