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“Noticias que no fueron”: bulos y falsedades en la era de la web

El libro del director de la web "Il Post" Luca Sofri recoge y analiza muchos de los bulos que circulan por los medios y abre la puerta a una reflexión sobre el periodismo e Internet, considerado (erróneamente) por muchos como el origen de la malo: no se puede hacer un paquete de todas las hierbas y la confiabilidad es un punto de inflexión incluso en Internet

“Noticias que no fueron”: bulos y falsedades en la era de la web

Con noticias que no fueron noticias se puede llenar un libro. Para ello, con la mirada crítica de quien ha trabajado durante años en la información, fue luca sofri, el "además" (como se define a la larga un poco irritante) director de Il Post, quien, entrevistado el domingo por la noche por Fabio Fazio dentro del programa "Che Tempo che fa", habló sobre su último libro, “Noticias que no fueron”, precisamente.

Una colección de noticias bizarras, falsas, inventadas y no contrastadas que, como afirma la web del Post, “cuentan una especie de realidad paralela formada por alarmas temerarias y peligrosas, noticias ridículamente bizarras o ritualmente falsas, como la muerte de Fidel Castro”. , que se ha vuelto como la muerte de los abuelos del alumno rebelde.

Una colección que te hace sonreír hasta que te das cuenta de que el juego ya no es un juego (nunca lo fue) y que, sobre la mesa, en lugar de un divertimento para los iniciados, está el relación del periodismo con su tema, con su público y con el núcleo que le permite existir, su credibilidad.

En la mesa de los acusados, en estos discursos, muchas veces acaba en la web, que por su juventud y su propia naturaleza (todo el mundo puede opinar en internet, sin que exista un "control editorial") se considera poco fiable, un mar magnum entrópico en el que el lector naufraga confundido, no muy suavemente. 

Pero el asesino nunca es el mayordomo, ni siquiera el medio. Dentro de la web podemos encontrar la incubadora del virus bulo que se propaga y su único antídoto, la posibilidad de verificar las noticias y sus fuentes.

Lo que realmente haría falta, quizás, es una mayor responsabilidad por parte de los periodistas (en la verificación y difusión de las noticias), y una mayor conciencia crítica por parte del lector y que ambos acepten, humildemente, que es necesario avanzar con cautela en un territorio, información, que a veces corre el riesgo de ser caótica y hostil. Incluso para Internet, la confiabilidad y la calidad son un parteaguas y distinguir entre un sitio y otro es esencial.

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