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Nieve en Roma, por eso Alemanno se equivoca con Protección Civil

Como afirma el prefecto Gabrielli, la Protección Civil fue debilitada por la Ley 10 de 2011, resultado de la rivalidad Tremonti-Bertolaso ​​​​- El milleproroghe había descargado la responsabilidad de recaudar fondos para las Regiones - Pero sobre todo el principio de subsidiariedad impone a la Municipios y por ende en la gestión de emergencias del Alcalde.

Nieve en Roma, por eso Alemanno se equivoca con Protección Civil

Alemán vs Gabrielli. Cartas en mano, gana el segundo. O el acusado. Pero esto ya debería saberlo el acusador, dado que pertenece al mismo partido político que, a través del entonces ministro de Economía, Giulio Tremonti, hace un año debilitó efectivamente a Protección Civil y su rol primordial de “prevención y gestión de eventos extraordinarios”. Es decir, emergencias. Como el que ha sido abrumador durante una semana Roma y toda Italia (con grave daño económico para las empresas), y que ha visto a Protección Civil incapaz de hacer frente a la situación y las autoridades locales (que con la reforma en cambio asumen importantes obligaciones) absolutamente desprevenidas.

De hecho, solo ve y lee el ley 10 de 26 de febrero de 2011, el llamado decreto "Milleproroghe", al darse cuenta de que la disputa entre el alcalde de la capital y el jefe de protección civil es fruto de una vieja polémica dentro del gobierno de Berlusconi: el médico Guido Bertolaso, al frente de la organización durante una década, de hecho la había trastornado, obligándolo a gastar fuera de lo normal (10,7 millones en 8 años, con 587 pedidos, desde el tráfico de góndolas en Venecia hasta los movimientos del Papa), además de verse abrumado por escándalos de sobornos y corrupción. Esto se volvió insoportable para las arcas del Estado y para el ministro Tremonti, quien nunca ha sido simpatizante de Bertolaso.

Entonces, corta. Con esa ley, Tremonti, en primer lugar, redujo el presupuesto disponible para Protección Civil de 2,067 a 1,897 millones de euros. Pero sobre todo, como denuncia Gabrielli, la ley vincula las intervenciones del departamento al control preventivo por parte del Ministerio de Economía y el Tribunal de Cuentas. De hecho, se han añadido dos frases fundamentales al artículo 5 de la ley 225/1992 (ley de creación de la protección civil). En el numeral 2, esto: “Las ordenanzas se dictan conjuntamente, en lo que se refiere a los aspectos financieros, con el Ministro de Economía y Finanzas”; en el apartado 5-bis, este otro: "las palabras 'y al Istat' se sustituyen por las siguientes: 'al Istat ya la sección regional competente del Tribunal de Cuentas'".

Por lo tanto, el prefecto Gabrielli tiene razón al denunciar la naturaleza no operativa de su estructura: “Estas reformas nos hundirán como el Titanic”. E las regiones, ¿En cambio? La ley impugnada les atribuye demasiadas responsabilidades. Incluso el de autofinanciamiento en caso de emergencia. Lo han definido como el "impuesto de la desgracia", aquel que establece que una vez declarado el estado de excepción, el presidente de la Región "está facultado para aprobar aumentos, hasta el límite máximo permitido (...) de los impuestos , sobretasas, de las tasas (...) así como elevar aún más la medida del impuesto especial regional sobre la gasolina hasta un máximo de 5 céntimos por litro".

Por lo tanto, significa que las Regiones se ven obligadas a poner su dinero en él cuando piden ayuda al Estado. También es cierto que la ley regional 72 de 1993 regula las actividades regionales de protección civil y establece la obligación para la Región de "contar con planes de emergencia, con el detalle de los hombres y medios disponibles para asegurar el restablecimiento de las conexiones viales, acueductos, etc., organizar el sistema de transporte, coordinar el trabajo de los voluntarios y gestionar la contribución de otros organismos. Los planes de emergencia también deben ser comunicados a todos (ayuntamientos, asociaciones de voluntarios inscritas en el registro autonómico de protección civil, organismos y empresas autonómicos), para que todos sepan perfectamente cómo actuar en caso de que se produzca una emergencia”. 

Por no mencionar el principio de subsidiariedad, que implica a todas las autoridades locales y según el cual la primera respuesta a la emergencia, cualquiera que sea la naturaleza y magnitud del evento, debe garantizarse localmente, a partir de la estructura municipal. El primer responsable, por tanto, incluso más que el presidente de la Región y ciertamente más que el Jefe de Protección Civil, es el propio Alcalde: en caso de emergencia, como la que arrasó Roma y miles de Municipios a lo largo de del país, “debe asumir la dirección y coordinación del socorro y asistencia a la población, organizando los recursos municipales de acuerdo a planes preestablecidos para enfrentar riesgos específicos”. Si estos no son suficientes, se movilizan los niveles superiores: Provincia, Prefectura, Región y Estado.

Y en todo esto que hizo Alemanno? Acusó a Protección Civil, olvidó las quitanieves en el depósito de Ama (privando de fondos a la empresa municipal en una orden de diciembre) y le gritó a la conjura del norte (pero olvidando, por ejemplo, que la protección civil de la Val d'Aosta corre en ayuda de la capital): "Nos quieren quitar los Juegos Olímpicos 2020“. Como le dijo el humorista Crozza a Ballarò, tal vez le den las de invierno.

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