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Mediobanca, todos los poderes a Nagel y Pagliaro sobre los nombramientos

Bolloré: “Así es. Su equipo es muy eficiente”. El comité que designará, entre otros, a los directores de los directorios de Generali, RCS y Telco estará integrado por solo 5 miembros: tres gerentes y dos independientes

Mediobanca, todos los poderes a Nagel y Pagliaro sobre los nombramientos

“El equipo de Nagel y Pagliaro es muy eficiente. Es normal dejarlos trabajar como ellos quieren”. Con estas palabras Vincent Bolloré, a su salida de Piazzetta Cuccia, daba la noticia a los periodistas de la aprobación de la primera de las reformas de gobierno de Mediobanca: el cambio en la composición de la comisión de nombramientos, encargada de designar, entre otros, a los consejeros de los directorios de Generali, Rcs y Telco.

Hasta ahora, la elección de los representantes de Piazzetta Cuccia estaba a cargo de un equipo de tres gerentes y tres socios, para ser exactos, Dieter Rampl, Marco Tronchetti Provera y el propio Bolloré. A partir de ahora, sin embargo, el comité tendrá solo cinco miembros: tres gerentes y dos independientes. La novedad, elaborada con la colaboración y pleno consentimiento de Dieter Rampl, presidente de Unicredit (máximo accionista de Mediobanca con un 8,6%), fue bien recibida al menos aparentemente por Bolloré, ya protagonista de acaloradas reuniones la pasada primavera del consejo de administración de Generali, culminando con la defenestración de Cesare Geronzi. La escisión de Trieste, según una interpretación actual, podría haber sido el prólogo de una escisión similar en Mediobanca, o en todo caso de una redefinición del equilibrio en el momento de la renovación del pacto que podría reducir el papel de los accionistas franceses del grupo “C”.

Pero Vincent Bolloré, como demuestran las declaraciones de esta mañana, realizadas inmediatamente después de la reunión ejecutiva del Pacto y antes del inicio de la propia asamblea del Pacto, está dispuesto a desactivar de raíz cualquier vena polémica. No sólo, como hemos visto, Bolloré muestra su pleno consentimiento a la ampliación del poder de los directivos sino que "dribla" las polémicas en torno al sistema de cooptación de los nuevos miembros del pacto. En resumen, el reglamento establece que se necesita el 75% de los votos a favor de los participantes para ingresar al grupo A (accionistas bancarios y financieros) y al grupo B (accionistas industriales y privados) mientras que, hasta ahora, el simple consentimiento de la Financière de Berges (es decir, un cuadro del grupo Bolloré) para entrar en el grupo C. Una anomalía que el nuevo reglamento pretende eliminar, al homologar las reglas para los tres grupos. ¿Una reducción del poder de Bolloré? No – responde el propio financiero bretón – era una norma transitoria”. Y agrega: “Solo tenemos componentes positivos para presentar a los demás accionistas. No hay ningún problema". Es decir, en un italiano menos "galo", la gente que propondrá Bolloré, junto con Groupama y el resto de accionistas parisinos, para sustituir al Banco de Santander de Emilio Botìn y su hija Ana (quien también dejó el consejo de administración de Generali) no debe despertar ninguna hostilidad. En este sentido, se ha hablado de un interés por parte de los herederos del grupo Dassault aunque el patriarca del gigante aeronáutico parisino, que abandonó Mediobanca hace unos años, no parece ser de la opinión.

En cualquier caso, el mensaje de Bolloré es claro: “Es normal -dijo- que el grupo C tenga hasta el 11 por ciento y presente al resto de componentes los miembros que quiere tener en el Pacto. Los otros grupos también lo hacen. En otras palabras, Bolloré está decidido a evitar que el grupo C, es decir, los accionistas extranjeros, se reduzcan en el próximo pacto, lo que dejará sin duda a la familia Botìn, a Sal Oppenheimer y, probablemente, a otros accionistas minoritarios.

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