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Medios digitales: ¿espacio de conflicto o de mediación?

En el libro "Medios digitales y relaciones internacionales", Giuseppe Anzera y Alessandra Massa analizan lo que sucede cuando los conflictos pasan a la red: ¿es la web un espacio a colonizar en la lucha por la definición de imaginarios de guerra o un ecosistema de mediación?

Medios digitales: ¿espacio de conflicto o de mediación?

La investigación en los últimos años ha analizado ¿Qué sucede cuando los conflictos se conectan en línea?, pero no siempre se ha notado al evaluar las consecuencias de popularizar los temas y sus formas.

Las plataformas online son un espacio más a colonizar en la lucha por la definición de imaginarios bélicos, o son un nuevo espacio en el que ecosistemas de mediación ¿Afectan a los conflictos mismos?

Es a partir de preguntas como esta que los autores, Giuseppe Anzera y Alessandra Massa, han realizado sus investigaciones sobre los medios digitales y su relación o injerencia en las relaciones internacionales. El cambio que se está produciendo está ahí para que todos lo vean. Los Estados, en poco tiempo, han pasado de ser sujetos centrales y decisivos en materia de guerra y política internacional a polos dispersos en un sistema multicéntrico abarrotado, en el que conviven y operan diversos actores, libres de operar con respeto a la soberanía nacional (empresas multinacionales, minorías étnicas, partidos políticos transnacionales, organizaciones no gubernamentales internacionales, grupos terroristas, etc.). E incluso donde los Estados intentan intervenir directa y oficialmente, con cuentas y portales institucionales, en realidad su papel siempre está mediatizado por las reglas predefinidas y aparentemente universales de los grandes gestores de plataformas online. 

Estas plataformas, lejos de ser imparciales, en realidad exportan modelos económicos y políticos. No nacen en el ámbito abstracto de internet, sino que les afecta el complejo vínculo con el territorio en el que existen, «de los que toman prestada no solo la organización económica, sino también valores particulares, como la libertad de expresión, la censura, el peso del potencial de emancipación y la autoexpresión permitida a los usuarios individuales» (citado de la Introducción al libro). 

Para citar solo uno de los numerosos e interesantes ejemplos del poder potencial y real de las plataformas en línea, el texto analiza la representación cartográfica de la frontera entre Rusia y Crimea operado por los principales proveedores de mapas, como Google y Apple. «Estos grandes distribuidores de servicios en línea han aceptado las solicitudes de Rusia con respecto a la asignación de la península de Crimea. Así, mientras el mundo político aún discute la territorialidad de Crimea, las plataformas razonan con la velocidad de los negocios, imponiendo sus soluciones tecnológicas a las disputas físicas.» (pág. 74). Apple Maps muestra las ubicaciones de Crimea como pertenecientes a Rusia cuando se consulta el mapa desde territorio ruso, mientras que si se accede a la aplicación desde Estados Unidos, los mismos territorios no se atribuyen a ningún país. 

Un problema, el de los límites y fronteras geopolíticas reales, adelantado y tratado también por Alfonso Giordano, que subraya cómo Google finalmente decidió mostrar "simplemente" todos los países la idea del mundo que quiere. Un mapa geográfico no es una representación imparcial y científicamente fiable de un territorio, sino la representación de un punto de vista. En su mayor parte, siempre ha sido así. Hoy, sin embargo, con el nivel tecnológico alcanzado, se espera una representación del globo terrestre diferente a la del pasado, cuando había que someterse a la opinión del cartógrafo o de su cliente.1

Si la política internacional, hoy, también se implementa a través de plataformas en línea, entonces estas asumen, de manera intrínsecaun papel político, ya que es su trabajo transmitir y difundir información, también relacionada con la política internacional y los conflictos. Es innegable que el fin último de estas plataformas es el lucro. Por tanto, es razonable pensar que su gestión no puede corresponder servilmente a la presentabilidad pública. Y es desde este punto de vista que la actividad de moderación que realizan las plataformas las identifica como herramientas, instituciones y fenómenos culturales. Cuyo poder de influencia es aún más evidente en caso de mal funcionamiento del sistema o de difusión de noticias falsas, o fake news. 

Los autores describen a todos los problemas potenciales y reales de este sistema difusión de información, que en parte acompaña y en parte reemplaza el método tradicional de difusión de información, es decir, transmisiones unidireccionales, sin posibilidad de interacción, y lo hacen de manera muy estructurada, de manera de enviar al lector una visión bien definida orden de las diversas capas de interés y acción que configuran el escenario en el que se mueve no sólo la narrativa común, sino también la política, internacional y militar. 

En particular, la “militarización” de los espacios digitales es ciertamente una oportunidad a través de la cual los ejércitos y las fuerzas militares pueden difundir sus narrativas, involucrando a la opinión pública en los relatos de los enfrentamientos internacionales, pero los autores advierten sobre la necesidad de no subestimar el potencial de divulgación y normalización que podría generar el establecimiento de una presencia en espacios de difusión y desintermediación. Insertar las rutinas de comunicación de las fuerzas armadas en diferentes contextos podría, de hecho, hibridar su presencia y desvincularla de los contextos exclusivos de la guerra. Las consecuencias de esto son desconocidas y al menos deben ser monitoreadas. 

He aquí entonces uno de los aspectos más candentes de los tratados en el texto: la responsabilidad. Quién es responsable de lo que esta pasando? ¿A las plataformas? ¿A los Estados? ¿A las redes estructuradas de ciudadanos? En el panorama actual aún no está claro aunque está claro que es una condición que no se puede posponer por mucho tiempo.

 

Tapa del libro
PRIMERO en línea

El texto

Giuseppe Anzera, Alessandra Massa, Medios Digitales y Relaciones Internacionales. Tecnologías, poder y conflictos en la era de las plataformas online, Guerini Scientifica, Milán, 2021. A la venta a partir del 4 de mayo de 2021. Libro universitario. Rústica, 172 p., 18,00 €.

Los autores

Giuseppe Anzera: profesor asociado de Sociología de los Fenómenos Políticos en la Universidad Sapienza de Roma, donde enseña Sociología de las Relaciones Internacionales.

Alessandra Massa: Doctora en Comunicación, Investigación, Innovación en la Universidad Sapienza de Roma.

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