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Macron, primeros 100 días entre luces y sombras

Según una encuesta realizada por Ifop, el juicio de los franceses sobre los primeros 100 días del mandato del presidente de la República más joven de la historia es implacable: incluso Macron es menos convincente que Hollande, al menos en lo que respecta a los primeros movimientos.

Macron lo hace peor que Hollande. Parecía una empresa imposible, y probablemente el juicio sea poco generoso dado que el nuevo presidente francés, el más joven de la historia (tiene menos de 40 años), abordó de inmediato los temas internacionales con determinación, y lanzó la larga serie de reformas prometidas en la campaña electoral, empezando por la del trabajo y la llamada "moralización" de la vida pública, una especie de ley sobre conflicto de intereses, ya aprobada a finales de julio.

A pesar de ello, según una encuesta de Ifop, Ciudadanos franceses han rechazado los primeros 100 días de Macron en el Elíseo: El 64% de los entrevistados, o casi dos de cada tres, se declararon infelices, mientras que Hollande -que al final de su mandato cayó a un mínimo histórico en términos de aprobación popular- no era del agrado de 54 % de sus conciudadanos.

El portavoz del gobierno, Christophe Castaner, hizo un balance de los primeros 100 días de la nueva presidencia en Facebook, enumerando los primeros éxitos de Macron: la defensa de los acuerdos climáticos de la COP21, el refuerzo de las medidas antiterroristas, una renovación "sin precedentes" de la Asamblea Nacional, la Cámara francesa, con una edad media que se ha reducido significativamente.

Sin embargo, las dificultades no faltaron, como destaca parte de la prensa transalpina. Para cumplir las tres primeras grandes promesas (código laboral, por el que el gobierno procedió por decreto, moralización de la vida pública y lucha contra el terror), fueron necesarios compromisos que ya han conducido a dimisión de cuatro ministros ejecutivos que se formó hace apenas dos meses.

Y luego estaba el pequeño gran gol en propia puerta de la rebaja del subsidio a la vivienda, que fue recortada por unos pocos euros y que según muchos justifica, sobre todo a nivel simbólico, el hecho de que solo el 36 % de los franceses estén satisfechos con los tres primeros meses de Macron, mientras que al comienzo de su mandato lo eran el 62 %. .

Tras el parón veraniego, que Macron gestionó de la forma más reservada posible, lejos de los paparazzi que en cambio pusieron en gran crisis a Nicolas Sarkozy durante sus lujosas vacaciones, Se espera que el joven presidente impugne la ley de presupuesto de 2018 pero también de la reforma de las pensiones, que estará aprobada en enero, y del apoyo al paro, una de las medidas más "izquierdistas" prometidas en la campaña electoral.

Si estas reformas se aprobaran sin dolor, la popularidad de Macron podría beneficiarse de ellas: mientras tanto, sin embargo, será un septiembre de alto voltaje para él, con dos grandes manifestaciones ya anunciadas para el 12 y 23 de septiembre, para protestar contra la reforma laboral. Antes de esta batalla, también habrá espacio para una ventana internacional, con los encuentros ya previstos para finales de agosto con Angela Merkel, Paolo Gentiloni y Mariano Rajoy.

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