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Políticas monetarias frente a la crisis asiática: el análisis SACE

El empeoramiento de la situación económica en los países avanzados corre el riesgo de tener efectos negativos en los países asiáticos. Para evitar este riesgo, los Bancos Centrales de la región intervinieron actuando sobre apalancamiento monetario.

Políticas monetarias frente a la crisis asiática: el análisis SACE

En el número de noviembre de su Newsletter “escenariosSACE trata dos temas:

· Asia: políticas monetarias frente a la crisis global;

· Sanciones de la UE a Irán: ¿efectos para Europa?

Ya hemos tratado extensamente este segundo tema en el artículo “Sanciones a Irán: qué efectos en la economía del país” y sobre todo en el análisis adjunto de Jasmine Zahalka. Por lo tanto, nos centramos en el primero.

En respuesta a la crisis económica de 2009, los hacedores de política de los principales países asiáticos han implementado una serie de estímulos fiscales y monetarios, para reaccionar con prontitud y emprender el camino de la recuperación económica. Es evidente que tales medidas tienen como efecto secundario la recalentamiento de la economia, visible en el altas tasas de inflación y en crecimiento del crédito bancario.

Sin embargo, el dirigidos de los gobiernos y bancos centrales de los países asiáticos emergentes está claramente dirigido a estabilidad de la tasa de inflación preservar las mejores condiciones para competir internacionalmente. Precisamente por esta razón, ante los primeros signos de una recuperación concreta, la mayoría de los países revirtieron el rumbo adoptando políticas monetarias restrictivas. Los efectos de las medidas están naturalmente ligados a las características específicas de los distintos países, sobre todo en lo que se refiere a la dependencia de la demanda internacional, el grado de apertura de la economía y el grado de diversificación de los sectores exportadores.

Principio desde mediados de 2011, el cambio de contexto internacional y en particular la ralentización del crecimiento de las economías avanzadas y la corrección a la baja de las estimaciones del PIB han obligado a la mayoría de los países asiáticos a realizar un corrección de rumbo en primer lugar con referencia a la política monetaria. La interconexión entre las economías avanzadas y los países de Asia emergente es clara al observar los números. De hecho, una reducción en la tasa de crecimiento del PIB de los primeros (del 1,9% al 1,3%) corresponde a una reducción significativa también para los segundos (del 9,6% al 7,5%).

En la hoja de datos SACE, se hace referencia a tres riesgos reales que podrían enfrentar las economías asiáticas: la ralentización de las exportaciones, la reducción de la inversión tanto nacionales como extranjeros y los contagio a través de los mercados financieros. Precisamente por estas razones, la mayoría de los países han adoptado políticas monetarias conservadoras o de esperar y ver, a excepción de aquellos más cerrados desde el punto de vista comercial (como Indonesia o Filipinas) y por tanto menos expuestos a choques derivados de la demanda exterior que siguen una política moderadamente expansiva.

Il riesgo de una desaceleración de las economías asiáticas no debe subestimarse porque podría desencadenar una reacción en cadena que agravaría la situación de las economías avanzadas. De hecho, los países más grandes de la región, China e India, se encuentran entre los principales importadores de materias primas del mundo y si hubiera una reducción de las exportaciones a estos países, esto se traduciría en una consecuente reducción de las importaciones. Esta situación preocupa también a Italia, cuyas exportaciones a China e India alcanzaron en 2010 la cifra de 12 millones de euros, un 25% más que el año anterior.

Una posible salida para evitar este riesgo puede estar dada por una acción de los países asiáticos encaminada a fortalecer la demanda interna y relanzar las relaciones comerciales intrarregionales para reducir la exposición de la región a choques externos. De esta forma se podría evitar, de manera colateral, desencadenar una espiral negativa que involucraría a las economías avanzadas.

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