Por primera vez en muchos años, de hecho desde la posguerra, Italia corre el riesgo de cambiar su posición internacional al abandonar los dos pilares, el atlantismo y Europa, que le han permitido crecer en una economía de mercado. La pregunta es si este cambio es realmente de interés nacional y de los ciudadanos italianos. La respuesta la dio Marco Minniti, exministro del Interior y artífice de un cambio político que ha reducido hasta en un 80% la llegada de migrantes a nuestras costas (más de 120 personas menos que en los 12 meses anteriores). “La elección de Salvini -dijo Minniti- equivale a la de un pastor que confía la guardia de su rebaño a una manada de lobos”. En definitiva, pretender hacer una alianza entre soberanos, como se intentó en Innsbruck con Austria y Baviera, es absurdo y va en contra de nuestros intereses reales.
En la conferencia organizada por la Fondazione Riformismo e Libertà presidida por Fabrizio Cicchitto, se trazó un panorama general de una situación internacional que cambia rápidamente y donde se socava el multilateralismo, para volver a un sistema de relaciones entre países soberanos, como hace un siglo. Y ciertamente la afirmación de los nacionalismos no ha hecho bien a Europa y al mundo en su conjunto. Pero Trump por un lado y Putin por el otro están presionando a Europa para que debilite la Unión y vuelva a hablar directamente con los países individuales. De esta forma, EE. UU. piensa en reforzar su supremacía, mientras que Putin no estaría frente a una entidad potencialmente mucho más fuerte que Rusia, sino a muchos países pequeños en desacuerdo entre sí, con los que la diplomacia rusa podría desempeñar fácilmente un papel de equilibrio.
La propensión del actual gobierno de la Penta-Liga a acercarse a Rusia es muy ambigua y peligrosa. Podemos dialogar con todos, pero no del lado de Putin.
Como subrayaron muchos de los ponentes de la conferencia (Latorre, Panebianco, Perissich, Teodori) Europa atraviesa un período dramático de crisis. El tema de la inmigración puede ser, incluso más que el euro, el verdadero detonador que lo puede hacer estallar todo. Explica la razón por la cual un problema que en este momento parece estar en camino a una solución se mantiene vivo de manera dramática. Han disminuido los desembarcos, se amenaza con cerrar el paso del Brennero cuando no pasa ni un solo migrante, y luego se habla de hotspots en Libia bajo el control de Naciones Unidas, cuando ya existen y están seleccionando a los que tienen derecho a “refugiados”. (miles de personas, algunas de las cuales han sido acogidas en Italia), mientras que las propias autoridades libias están repatriando a los inmigrantes que no tienen derecho al estatuto de refugiado.
Hay una tensión comunicativa (pero así es la política de hoy) que está creando una burbuja de sensaciones irracionales que estimulan políticas aventureras (el famoso plan B de Savona para volver a la soberanía monetaria). Si las fuerzas políticas liberales y reformistas no logran restablecer rápidamente un principio de realidad, los riesgos que se corren en el escenario internacional y en Italia son grandes y graves.
