Tras la dimisión del comisario Carlo Cottarelli, Renzi cambia el rumbo de la revisión del gasto y da un nuevo impulso al proceso de revisión del gasto público iniciado por el ejecutivo de Letta.
Yoram Gutgeld y Roberto Perotti deberán recibir el relevo dejado por el ex comisionado extraordinario y la tarea de elaborar una nueva revisión del gasto que convenza al gobierno de Renzi. El dossier Cottarelli quedará como punto de partida para el trabajo de los nuevos comisarios, pero según los primeros rumores al primer ministro le gustaría que identificaran micromedidas que afectarán a un abanico más amplio de sectores. De hecho, el pecado original del trabajo de Cottarelli había sido concentrarse principalmente en el sistema de pensiones y en el trabajo del Estado, presentando macrointervenciones para el ahorro en estas áreas. Medidas más pequeñas, pero que afectan a un mayor número de partidas del gasto público: esta es, en síntesis, la tarea que acaban de emprender Gutgeld y Perotti.
El primero, economista del Partido Demócrata, centrará su atención en el gasto 'descentralizado', mientras que el profesor de la Universidad Bocconi de Milán se encargará del trabajo sobre el gasto de los ministerios y los costes de la política. La nueva revisión del gasto debería concentrar la labor de racionalización del gasto público en el sistema sanitario local, en el gasto de las Comunidades Autónomas y en el mecanismo de incentivo a las empresas. Las intervenciones del Gobierno también deberán facilitar el trabajo de los nuevos comisarios: por un lado los ahorros que se obtendrán del recorte en las sociedades participadas y por otro de la reforma de la Administración Pública que examina actualmente el Senado.
El objetivo final es llegar preparado a la próxima ley de estabilidad. De hecho, es precisamente aquí donde el trabajo de Gutgeld y Perotti permitirá al primer ministro Renzi recuperar importantes recursos para el nuevo año y, sobre todo, desactivar las cláusulas de salvaguardia de una vez por todas. Incluso en 2015, de hecho, se cierne sobre los ciudadanos italianos el riesgo de que Italia no respete los compromisos adquiridos con Bruselas y que, por tanto, se activen automáticamente las cláusulas de salvaguardia incluidas en la Ley de Estabilidad. El próximo aumento automático podría referirse a la tasa del IVA que corre el riesgo de aumentar en 2016 por un valor de casi 13 mil millones de euros y 6,2 mil millones en 2017.
