La guerra comercial se intensifica. China da el primer paso, en realidad una respuesta a los EE. UU., que fue el primero en aplicar los aranceles, pero Donald Trump responde de inmediato y con fuerza. El presidente estadounidense anunció ayer por la noche que a partir del 25 de octubre, los aranceles estadounidenses aumentarán del 30% al 250% sobre 300 mil millones de dólares de importaciones de productos chinos. Pero eso no es todo: sobre los 10 millones de dólares restantes de importaciones procedentes de China, los aranceles -como ya se anunció- subirán del 15% al XNUMX% a partir del próximo XNUMX de septiembre.
La guerra comercial entre EE. UU. y China se enriquece así con un nuevo capítulo que corre el riesgo de causar nuevos daños al comercio y las economías internacionales en el mismo momento en que los vientos de la recesión se vuelven más amenazantes.
La decisión de Trump es la respuesta a la medida de China que ayer, para contrarrestar la decisión inicial estadounidense de subir los aranceles a partir de septiembre, comunicó su intención de aplicar aranceles sobre 75 millones de importaciones de 5.078 productos estadounidenses, entre ellos automóviles. El apretón chino tendrá lugar en dos etapas: la primera desde principios de septiembre y la segunda desde mediados de diciembre.