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La Belle Epoque, obras maestras publicitarias de la Colección Salce

El proyecto inaugural del Museo Nacional de la Colección Salce pretende ofrecer una muestra de la excelencia de la colección, dando un carácter espectacular a la renovada y permanente exposición en Treviso. 27 mayo 2017 – 02 julio 2017

La Belle Epoque, obras maestras publicitarias de la Colección Salce

El evento Ilustres persuasiones. Las obras maestras publicitarias de la Colección Salce se dividirán en tres momentos expositivos, ordenados cronológicamente: 1. La Belle Epoque, 2. Entre las dos guerras, 3. Desde la segunda posguerra hasta 1962.

Durante algo menos de un año, unas 300 piezas de la Colección se ofrecerán ininterrumpidamente para su visualización directa por el público: una especie de antología de la gráfica publicitaria de cómo Nando Salce la eligió y conservó, desde la primera adquisición temprana en 1895 hasta la momento en que su muerte -en diciembre de 1962- puso fin a su apasionada, voraz e ininterrumpida actividad coleccionista.

El primer evento, La Belle Epoque, renovará los esplendores de uno de los momentos históricos más vivos e innovadores de la era moderna, caracterizado por grandes transformaciones urbanísticas y costumbristas: las Exposiciones Universales, la arquitectura de hierro y vidrio, la bicicleta y el automóvil, luz eléctrica, moda para todos, cabaret, absenta y champagne. Una época que, a pesar de las desigualdades objetivas y la pobreza, se revistió de una exuberante alegría de vivir, adornada con flores y centelleante de luces. Una era en la que, como dijo el gran Marcello Dudovich, "no se podía dejar de tener fe en el futuro".
Una época que, como es sabido, fue también indiscutiblemente la edad de oro del cartelismo, de esas grandes imágenes coloreadas, inmediatamente populares y queridas, que cubrían los muros de las ciudades y suscitaban verdaderas obsesiones, desde el París de los café chantants hasta el el provincial Treviso del joven Nando Salce.

Con la intención de renovar la implicación física del espectador frente a los grandes carteles callejeros, la exposición inaugural del Museo Colección Nacional Salce propondrá las patinadoras de Jules Chéret, las bailarinas de Leonetto Cappiello, las preciosas figuras de Alfonse Mucha, la moda femenina de Terzi, de Villa, de Mazza. Pero también ilustrará esa manera totalmente italiana de diseñar carteles en los que conviven adornos florales y linealismos a modo de latigazos con figuras académicas de la memoria clásica, como el joven Marcello Dudovich, Leopoldo Metlicovtz o Giovanni Maria Mataloni, autor de esa Incandescencia Auer que Fue la primera compra famosa de Salce.

También estará la lengua germánica más austera y refinada, con las obras maestras de la Secesión vienesa, de Kolo Moser a Alfred Roller, y con las declinaciones italianas de Magrini, Anichini, Bonazza.
Finalmente, por primera vez, los carteles de gran formato estarán acompañados de diferentes materiales presentes en la Colección, como calendarios, carteles, latas serigrafiadas; y se propondrá una selección de fotos históricas a través de las cuales reconstruir las glorias de una época inolvidable y aún seductora.
Los recuerdos de Marcel Proust frente a uno de los tantos quiosco-columna de la época dedicados a la cartelería nos lo recuerdan: “Cada mañana corría a la columna Morris para ver los espectáculos que anunciaba. Nada más desinteresado y más feliz que los sueños ofrecidos a mi imaginación [...] y que estaban condicionados a la vez por las imágenes inseparables de las palabras que componían el título y también por el color de las vallas publicitarias, todavía húmedas y hinchado con cola, sobre el que sobresalía..." .

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