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Italicum, el giro de Grillo desplaza a la minoría Pd

El grotesco cambio de actitud del Cinco Estrellas que, al margen de las últimas encuestas, defiende la ley electoral tras tildarla de liberticida congela a Bersani y sus asociados y hace aún más problemático cambiar el Italicum, a menos que Forza Italia reanude el diálogo con Renzi, como sugiere Confalonieri a Berlusconi

Italicum, el giro de Grillo desplaza a la minoría Pd

En este punto los Bersanis, los Speranzas, los Cuperlos, los Gotors y todos los dem que quedan tendrán que aceptarlo. Con los grillini no hay nada que hacer y no hay diálogo que sostenga: mucho menos sobre los Italicum. Ayer el Movimiento 5 Estrellas se quitó definitivamente la máscara y dio una orden seca al Partido Demócrata: manos fuera de Italicum.

Se puede debatir si es más surrealista o más ridículo, pero ciertamente es divertido presenciar otro salto mortal de los grillini que, después de haber acusado a la nueva ley electoral de toda maldad y de matar la democracia, ahora no tienen intención de cambiarla. La razón es simple: en caso de una votación final en las próximas elecciones políticas, la ley electoral actual favorecería sobre todo al Movimiento 5 Estrellas que, tras su victoria en las elecciones municipales de Roma y Turín, huele el olor de Palazzo. Chigui. Y por lo tanto para Grillo y di Maio el Italicum no se toca, con todo respeto a las bellas almas del Movimiento que, por razones de principio o de fachada, todavía dicen que quieren enterrar el Italicum.

LA PARTE TRASERA DE GRILLO Y LA IZQUIERDA PD

El no del Cinco Estrellas a la revisión del Italicum congela las esperanzas de la izquierda del Partido Demócrata. Llegó hace unos días el orgulloso reclamo de Bersani, quien, al margen de las burlas, recordó haber intentado en el inicio de la legislatura abrir las puertas del diálogo con los grillini. En los ojos y en la memoria de todos aún está aquel patético y humillante encuentro en streaming en directo desde Montecitorio entre la cúpula del Partido Demócrata, entonces encabezada por Pierluigi Bersani, y la plantilla parlamentaria del Movimiento que humilló como nunca al partido mayoritario del centro. -izquierda.

Animada por la voluntad de la Cámara de discutir una moción de la izquierda italiana sobre la constitucionalidad del Italicum en septiembre, la minoría demócrata también había comenzado ayer a atacar a Matteo Renzi, exigiendo la reapertura de la discusión de la ley electoral, especialmente pero no sólo en la controvertida cuestión de la mayoría prima a la coalición en lugar de a la lista de partidos como ahora prevé Italicum, salvo para negar su apoyo al referéndum constitucional.

Pero el revés grillina deja en claro definitivamente lo que cualquier analista político no preparado debería haber entendido hace tiempo: si hay una revisión de la Italicum y sobre todo de la lista premio, no podrá contar con el apoyo de los 5. Movimiento Estrella que, como dice el inefable Di Maio, ahora cree que las prioridades del país son muy distintas. Por otro lado, las últimas encuestas apuntan a que los grillini superarán al Partido Demócrata en las elecciones políticas y es evidente que el Movimiento 5 Estrellas defiende ahora una ley que hasta ayer se consideraba liberticida. Lo que es menos obvio es pensar, como hacen los grillini, que puedes tirar la piedra y retirar la mano. No todos los italianos son tontos y los acontecimientos de estos días quizás también puedan abrir los ojos a los ciegos: después de todo, desde la votación de las Cinco Estrellas junto con la extrema derecha de Farage y Le Pen en el Parlamento Europeo sobre el Brexit, hasta las meteduras de pata de la nueva alcaldesa de Roma, Virginia Raggi, que quisiera incluir en su plantilla a hombres del antiguo grupo Alemanno, para llegar a las peripecias del Italicum no falta material sobre el que reflexionar.

Lamentablemente para la izquierda del Partido Demócrata, ayer se vislumbraba otra importantísima novedad política que está madurando dentro de Forza Italia y a la que el presidente de Mediaset, Fedele Confalonieri, amigo de toda la vida de Silvio Berlusconi y máximo exponente, puso voz de el ala corporativa y moderada resurgente del partido. En una extensa entrevista con "La Stampa", Confalonieri lanzó tres mensajes políticos muy claros: 1) basta de tendencias maximalistas y proligistas a lo Brunetta; 2) reabrir el diálogo, aunque en la distinción de roles, con el Gobierno y con el Primer Ministro Renzi sobre las reformas, también de cara al referéndum; 3) máxima alerta ante las "propuestas patronales y totalitarias" del Cinco Estrellas, especialmente en televisión.

CONFALONIERI INDICA EL CURSO

Con su habitual realismo, Confalonieri nos traslada a los orígenes de la aventura política de Silvio Berlusconi, que tenía su verdadera brújula en la defensa de Mediaset TV y los intereses corporativos de Fininvest con la inevitable negativa de una ley sobre conflicto de intereses y por encima todo de una política verdaderamente liberal. En la práctica, Confalonieri le recuerda a Berlusconi que Renzi puede tener todos los defectos del mundo pero que, a diferencia del Cinco Estrellas, no tiene intención de hacerse con Mediaset TV y que debilitar a la Premier sería otro gol en propia de Forza Italia. Una cosa es la salida libre del voto en las administraciones locales y otra, completamente distinta, es el voto en el referéndum y en las elecciones políticas.

Es probable que, más allá de las declaraciones de fachada, Matteo Renzi aún no haya decidido qué hacer con el Italicum, también en vista del pronunciamiento del Tribunal Constitucional y el referéndum, es decir, si defender la nueva ley electoral tal como está, aunque cueste de perder las elecciones o estar disponible para corregir algunos puntos, empezando por el voto de lista.

Sin embargo, como siempre, en política solo cuentan los números: no basta con sugerir cambios al Italicum sino que hay que encontrar las mayorías que los apoyen. Una operación muy problemática, si no imposible, en un Parlamento tripolar. La conjunción del clamor de Grillini y los mensajes de Confalonieri deja claro que la alternativa a la que se enfrenta hoy la política italiana es muy clara: o el Italicum no cambiará, porque no son necesarias mayorías parlamentarias y porque el Cinco Estrellas estorbaría, o el Los cambios a la ley electoral pasan por un nuevo acuerdo entre Renzi y Forza Italia. Con todo respeto a las Brunettas de turno y sobre todo a la minoría del Partido Demócrata.

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