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Impeachment y nueva ley electoral: los bulos del M5S y la Lega

Parece prácticamente imposible que el Parlamento y la Consulta avalen un juicio político contra un Presidente que dijo No a un ministro en pleno ejercicio de sus prerrogativas, al igual que no se puede votar ninguna reforma electoral por una sencilla razón: no habrá Parlamento con plenos poderes capaces de hacerlo.

Impeachment y nueva ley electoral: los bulos del M5S y la Lega

El Movimiento 5 Estrellas propondrá laacusación hacia el presidente de la República, Sergio Mattarella, mientras que la Liga ya piensa en el futuro al proponer cambiar el actual ley electoral con la inclusión de una prima mayoritaria que garantice la gobernabilidad tras las próximas elecciones. Lástima que en ambos casos es propuestas inviables.

Entre palabras y hechos la distancia vuelve a ser sideral y será difícil que Luigi Di Maio y Matteo Salvini pongan en práctica sus intenciones. La razón es obvia: el Presidente de la República no puede ser acusado porque toma una decisión en el desempeño de sus funciones y de conformidad con la Carta Constitucional y la reforma electoral no puede llevarse a cabo en un Parlamento disuelto.

LA ACUSACIÓN ES UN ENGAÑO

“El presidente Conte y el presidente de la República Mattarella se encargarán del equipo de ministros”. ¿De quién son estas palabras? De Luigi Di Maio quien, 5 días antes de proponer la destitución del Presidente de la República acusándolo de haber impedido la formación del nuevo gobierno, le encomendó la tarea de elegir ministros. No por bondad, sino porque así lo prevé la Constitución.

En efecto, el artículo 92 de la Carta establece que “El Presidente de la República nombra al Presidente del Consejo de Ministros y, a propuesta de éste, a los Ministros”.

En pocas palabras, el Jefe de Estado no es un simple notario encargado de redactar una escritura, sino, como subrayó el propio Mattarella, "juega un papel de garantía que no pueden ser gravados". En su papel de garante, por tanto, el Presidente puede oponerse al nombramiento de un ministro, algo que ya han hecho en el pasado, en varias ocasiones, sus antecesores.

En cuanto a la propuesta de juicio político en cambio, con fundamento en lo dispuesto en la Constitución “El Presidente de la República no es responsable de los actos cometidos en el ejercicio de sus funciones, excepto por alta traición o atentado contra la Constitución. En tales casos, es acusado por las Cortes Generales en sesión conjunta, con la mayoría absoluta de sus miembros”.

Uno puede o no estar de acuerdo con la decisión de Mattarella, pero parece bastante paradójico afirmar que actuó fuera de las prerrogativas que le confió la Carta y aunque algunos de nosotros -como Di Maio- realmente quisiéramos creerlo, es muy difícil. Es difícil, por no decir improbable, que el Tribunal Constitucional (que tiene la última palabra en caso de aprobación parlamentaria) decida avalar efectivamente la destitución de un Presidente que dijo No a un ministro.

REFORMA ELECTORAL ANTES DE LAS ELECCIONES  

“La única posibilidad seria de ir a votar rápido, con una ley electoral que premie a los que obtienen un voto extra, es partir de la ley electoral vigente y ingresar una prima mayoritaria al que saque un voto más”. En este caso, es difícil culpar a Matteo Salvini dada la ingobernabilidad, ampliamente prevista entre otras cosas, determinada por el Rosatellum Bis.

Es una pena que para modificar una ley electoral sea necesaria la presencia de un Parlamento en la plenitud de sus poderes. Cosa que, con toda probabilidad, no habremos dado que Lega, M5s y Forza Italia ya han adelantado que no votarán por la confianza en el Gobierno de Cottarelli. Sin confianza, el nuevo Ejecutivo renunciará, ocupándose sólo de la "administración normal" hasta las próximas elecciones que se realizarán "después del receso de agosto". Pero, para permitir el regreso a las urnas, el Jefe de Estado tendrá que disolver el Parlamento.

Es un perro que se muerde la cola: si Cottarelli se gana la confianza, la votación se extenderá hasta 2019 y mientras tanto, además de la ley de presupuesto, también podría aprobarse una reforma electoral. Si en cambio no se otorga el fideicomiso, no puede haber ley electoral.

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