China también tiene su San Valentín: el "festival Qixi" se remonta a hace 2 mil años y tiene sus raíces en un cuento de hadas. Un hada, Zhi Nu, se casó con un mortal, Niu Lang. Tuvieron dos hijos, pero la Diosa del Cielo, que estaba en contra del matrimonio, los separó con la Vía Láctea después de que la pareja fuera al cielo como dos estrellas. Pero, según cuenta la historia, las urracas se apiadaron de los dos amantes y volaron hacia el cielo todos los años formando un puente para que Zhi y Niu pudieran reunirse al menos una noche.
Las parejas chinas, especialmente aquellas que están separadas porque trabajan o estudian en diferentes ciudades, celebran cada año esta historia. Pero se quejan de la comercialización que ha invadido este conmovedor relato: la paradoja de las lágrimas y el dinero. La tradición más reciente dice que este día (hoy jueves) las parejas celebran con una cena a la luz de las velas antes de ir al cine, pero, como observa Fu Lei (recién graduada de Jinan), "una sola vela por restaurante me cuesta más que una factura mensual de electricidad”.
Los artilugios más extravagantes se comercializan para extraer dinero de las parejas; el último es una botella que contiene luciérnagas. La purpurina, dice el anuncio, crea un ambiente romántico…
Sin embargo, muchos de los que se oponen a un Qixi teñido de dinero confiesan –y aquí radica la paradoja– que Qixi sería olvidado si no existiera toda esta comercialización.
http://usa.chinadaily.com.cn/china/2012-08/22/content_15699018.htm
